El muro de Trump nace muerto
México nunca podrá recuperar los más de dos millones de kilómetros cuadradas que en la injusta guerra de 1847 los Estados Unidos arrebataron en una desigual guerra y que obligaron firmar los también injustos tratados de Guadalupe-Hidalgo donde perdimos más de la mitad de nuestro territorio. Desde entonces las agresiones y olas de saqueo por parte de varias generaciones de estadounidenses han buscado acabar con el país, para que los recursos naturales del país vayan a parar a la riqueza para el vecino del norte. Ahí está la venta obligada de la Mesilla, la venta obligada de agua del Río Bravo, los intereses expansivos de la deuda mexicana a diversos organismos financieros estadounidenses. También los muertos de un solo lado –los mexicanos- por parte de la patrulla fronteriza. Abusos, asesinatos, esclavitud laboral. Discriminación, el hundimiento de la isla Bermeja para que les tocara más petróleo de las fronteras marítimas del golfo de México. El atropello a los inversionistas mexicanos para invertir en Estados Unidos, persecución y penas de muerte injustas a quienes han cometido delitos y a últimas fechas las conspiraciones de las elites estadounidenses para controlar a los gobernantes mexicanos para que se entregue los que le queda al país a las empresas estadounidenses.
No hay que olvidar los agravios que conlleva las violaciones a los acuerdos como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y la Iniciativa Mérida y demás cuestiones. Se suma la demanda del Señor Donald Trump de que nosotros paguemos por su seguridad para construir un muro en la frontera que nos costaría cerca de 7 mil millones de dólares.
La historia está ahí y todo el rosario de agresiones hacia México hizo que el papa Francisco decidiera entrar al acalorado debate electoral estadounidense cuando el jueves dijo que Donald Trump "no es cristiano" si piensa sólo construir un muro a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos.
De manera inmediata, Trump respondió ferozmente diciendo que es "vergonzoso" para un líder religioso el cuestionar la fe de una persona. Éste inusual ida y vuelta entre un papa y un candidato presidencial es el último episodio de una extraña contienda presidencial encendida por una retórica sin control y especialmente por las controvertidas propuestas de Trump en materia migratoria.
Las declaraciones de Francisco se produjeron horas después de que concluyera una visita de cinco días a México, donde oró en la frontera por los migrantes que han muerto en su intento por llegar a Estados Unidos. "Una persona que sólo piensa en la construcción de muros, dondequiera que se encuentren, y no la construcción de puentes, no es cristiano", dijo Francisco. "Eso no está en el Evangelio".
El pontífice dijo que como no había escuchado las propuestas políticas de Trump de manera directa, habría que "darle el beneficio de la duda". Sin embargo, agregó: "sólo digo que este hombre no es un cristiano, si lo dijo de esa manera".
Trump, que es presbiteriano y lidera la carrera a la Casa Blanca por el Partido Republicano, respondió en cuestión de minutos, durante un acto de campaña en Kiawah Island, Carolina del Sur.
La inmigración es uno de los temas más polémicos de la política estadounidense. Los republicanos se han movido hacia una posición de línea dura que hace énfasis en hacer cumplir las leyes y mejorar la seguridad fronteriza. En 2013, este partido bloqueó un intento por aprobar una ley que le habría dado un camino a la legalización y a la ciudadanía a 11 millones de inmigrantes que viven sin autorización legal en el país.
A toda esta situación el exmandatario Felipe Calderón criticó que el precandidato republicano a la Casa Blanca Donald Trump sea una persona que piensa en "construir muros" en la frontera y aseguró que su país no pagará un solo centavo por lo que definió como "estúpido muro". "Que el señor (Donald) Trump ni se haga ilusiones de que eso va a pasar. Los mexicanos no vamos a pagar ni un solo centavo de ese estúpido muro" y agregó le "preocupa que llegue a la Casa Blanca alguien con ese sentido tan racista y tan alejado de la realidad".
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