El final de una era:"El Chapo" en Estados Unidos
Los hijos de Guzmán podrían intentar reclamar el control, lo que "puede ser una negociación sin violencia o una guerra con ametralladoras"
Angel Iturralde
La súbita extradición de Joaquín "El Chapo" Guzmán para juzgarlo en Estados Unidos marca el final de una era en la que fue el capo de la droga más conocido de México y, para algunos, un personaje de leyenda.
Pero muchos en México la ven también como una maniobra calculada con precisión para limitar los costes políticos del presidente, Enrique Peña Nieto, ya muy impopular debido en parte a la impresión de que no gestionó adecuadamente los duros comentarios de Donald Trump sobre México.
En una rueda de prensa el jueves se preguntó al subprocurador general Alberto Elías Beltrán sobre el momento de la extradición. El fiscal respondió que el gobierno federal no puede interferir en las decisiones judiciales.
"Hoy fue resuelto y nosotros en términos del tratado internacional teníamos que hacer la entrega inmediata", afirmó.
Sin embargo, los expertos seguían considerando que el momento del traslado se planificó con cuidado.
"Podría ser una coincidencia, pero creo que eso es improbable", señaló el analista mexicano de seguridad Alejandro Hope, señalando que la extradición se produjo el último día completo de la presidencia de Barack Obama y horas antes de la investidura de Trump.
"No podían enviarlo después de que Trump asumiera el cargo porque se habría interpretado como un tributo", dijo Hope. "Pero quizá querían hacerlo lo bastante cerca como para que ambos gobiernos, el saliente y el que llega, pudieran sacar algo de provecho político de esto".
Otros lo vieron como una recompensa para Obama y un golpe soterrado para Trump, que ha descrito a los inmigrantes que llegan de México a Estados Unidos de forma irregular como delincuentes y "violadores", además de prometer que construirá un muro en la frontera y hará que México lo pague.
"El gobierno mexicano decidió adelantar el plazo porque no quería que Trump estuviera en la presidencia cuando lo enviaran", dijo Michael Vigil, exdirector de operaciones internacionales para la agencia antidroga de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés). "Querían que Obama se llevara el mérito. Querían enviar un mensaje a Trump de que no se dejarán intimidar".
Guzmán salió del país el mismo día en que las autoridades mexicanas anunciaron conversaciones de alto nivel en Washington el 25 y 26 de enero. En las negociaciones participarán el recién nombrado diplomático mexicano Luis Videgaray y miembros del gobierno de Trump como el secretario de la Casa Blanca, Reince Priebus, el yerno de Trump y asesor de primer nivel Jared Kushner y el asesor de primer nivel Stephen Bannon.
El momento elegido también transmite el mensaje de que México se toma en serio la cooperación contra las drogas independientemente de quién ocupe la Casa Blanca, dijo Hope.
El senador Miguel Barbosa, del grupo opositor de izquierdas Partido Revolución Democrática, aprovechó la extradición para lanzar un ataque a Peña Nieto. El senador afirmó que el traslado parecía ser la única opción luego de las dos bochornosas fugas de Guzmán de penales de máxima seguridad.
"No hay que festejar que el estado mexicano no fue capaz de procesar al mayor delincuente que ha existido en México y no fue capaz de garantizar su aprisionamiento", afirmó en un comunicado.
Peña Nieto tiene ahora la peor tasa de aprobación para un mandatario mexicano desde que se hacen sondeos. Además de su gestión de Trump, los mexicanos están descontentos por la corrupción, la creciente violencia del narcotráfico y una reforma del 1 de enero que provocó subidas de hasta el 20% en el precio de la gasolina.
Andrés Granados, abogado de Guzmán, acusó al gobierno de intentar distraer la atención del público.
"Lo manejaron políticamente, para opacar la situación de las gasolinas", afirmó. "Es totalmente político".
Algunos mexicanos temían que la extradición del capo a Estados Unidos, donde se le impedirá mantener el contacto con sus subalternos, pudiera desatar una lucha de poder en el cartel y más derramamiento de sangre.
"Se van a empezar a pelear entre todas las bandas que hay, ¿no? Narcotraficantes, a ver quién llega a ser el número uno", dijo Roberto Lascurain, arquitecto en Ciudad de México.
Se cree que Ismael "El Mayo" Zambada, un colaborador de Guzmán, dirige el cartel desde que "El Chapo" fue recapturado el pasado enero. Algunos analistas creen que los hijos de Guzmán podrían haber asumido papeles de más importancia.
Los hijos de Guzmán podrían intentar reclamar el control, lo que "puede ser una negociación sin violencia o una guerra con ametralladoras", dijo Raúl Benítez, experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Sin embargo, Vigil predijo que es improbable que las operaciones del cartel de Sinaloa que dirigía Guzmán se vean afectadas.
"La mayoría de los cárteles tienen una estructura vertical, pero... Sinaloa tiene una horizontal en la que las células operan de manera semiautónoma", dijo Vigil. "Tienen un equipo sólido. Tienen a un líder respetado en Ismael 'El Mayo' Zambada".
En Twitter, algunos vieron motivos para el humor en la extradición de Guzmán el día antes de que Trump asuma la presidencia de Estados Unidos.
"Envían lo peor, llevan drogas, son delincuentes", tuiteó Jorge Guajardo, embajador mexicano en China entre 2007 y 2013, rememorando los comentarios de Trump sobre la inmigración irregular. "De acuerdo, usted gana. Aquí está el peor que tenemos, El Chapo".
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