Se debilita…
El peso mexicano pierde su estatus de
barómetro de los mercados emergentes
*Las recientes penurias del peso mexicano están cambiando la forma en que muchos inversionistas globales cubren sus apuestas a los mercados emergentes y aumentando los riesgos asociados a invertir en los países en desarrollo.
El peso es una de las monedas más líquidas de los mercados emergentes y una de las pocas dentro de ese grupo que se pueden transar sin restricciones. Tales características la ha vuelto una divisa particularmente útil para quienes buscan cubrir sus posiciones alcistas en los mercados emergentes con apuestas a una caída del peso, indican corredurías y calificadoras financieras establecidas en Nueva York, publicó el The Wall Street Journal.
Una estrategia popular, por ejemplo, ha sido comprar acciones brasileñas y compensar el riesgo mediante la venta de pesos mexicanos, puesto que apostar a un descenso del real es difícil debido a los controles de capital impuestos por el gobierno brasileño. Es una cobertura efectiva debido a que el peso se mueve habitualmente en la misma dirección que las divisas de las economías emergentes más importantes. Estos mercados normalmente responden a los mismos factores económicos, como las tasas de interés en Estados Unidos, los precios de las materias primas y los flujos globales de capitales.
En los últimos meses, sin embargo, la evolución del peso mexicano ha sido más errática. Las promesas del presidente Donald Trump de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre EE.UU., México y Canadá y fijar aranceles a los bienes mexicanos, medidas que perjudicarían una economía que depende de las exportaciones, han pasado a ser el principal motor de la moneda. Por ende, el peso no siempre se mueve al ritmo de las divisas de otros mercados emergentes.
Conforme el peso sigue su propio camino, los inversionistas empiezan a dudar de si puede seguir siendo una especie de termómetro de las divisas emergentes. Se trata de un nuevo recordatorio de que el estatus que México ha logrado en las dos últimas décadas gracias al acuerdo de libre comercio con EE.UU. se ve amenazado debido a la actitud más beligerante de la Casa Blanca.
"Ya no tenemos un indicador preciso del ánimo de los mercados emergentes ahora que el peso se ha visto tan entrelazado con las políticas de Trump", afirma Alan Robinson, asesor de portafolio global de RBC Wealth Management. "Depender del peso como barómetro para todo el resto de las monedas de mercados emergentes ahora es un poco peligroso".
Los operadores divisan más volatilidad en el horizonte de la moneda mexicana. El peso fue la segunda moneda de peor desempeño de los países emergentes durante las tres primeras semanas de enero, con un retroceso de 5,6% frente al dólar, según las cifras de UBS Wealth Management. Luego, el peso tuvo el mejor desempeño durante el resto de enero una vez que los operadores consideraron que la reacción del mercado había sido exagerada.
Los intentos del Banco de México de estabilizar la divisa no han sido de gran ayuda. En realidad, las alzas de tasas de la entidad han encarecido las apuestas a un descenso de la moneda, puesto que los inversionistas deben pedir prestada la divisa para venderla al descubierto, lo que reduce su atractivo como cobertura.
El Banco de México subió el jueves las tasas de interés de referencia en medio punto porcentual, la cuarta vez consecutiva que eleva el costo del dinero.
La menor efectividad del peso como cobertura puede exacerbar el riesgo asociado a los mercados emergentes. Estos paises sintieron presión luego del triunfo de Trump en las elecciones, conforme el fortalecimiento del dólar y las expectativas de un alza de las tasas de interés estadounidenses aceleraron la salida de capitales. Las economías emergentes siguen siendo vulnerables a un repliegue de los precios de las materias primas o la imposición de políticas proteccionistas en EE.UU.
Los flujos de capitales hacia los fondos dedicados a acciones y bonos de mercados emergentes cayeron el año pasado a US$28.000 millones, su menor nivel desde la crisis financiera de 2008, según el Instituto de Finanzas Internacionales.
Incluso antes de que se intensificaran las tensiones entre EE.UU. y México, el volumen de transacciones del peso estaba bajando. El promedio diario de operaciones del peso cayó a US$97.000 millones en 2016, tras alcanzar US$135.000 millones en 2013, según el Banco de Pagos Internacionales. El año pasado, las transacciones en pesos constituyeron 2% del volumen de US$5,1 billones al día del mercado de divisas, un punto porcentual menos que tres años antes, indicó el organismo.
Algunos inversionistas han estado trasladando apuestas desde el peso a monedas asiáticas como el won de Corea del Sur y el dólar de Taiwán, donde las tasas de interés son comparativamente bajas, señala Jens Nystedt, gestor de renta fija de mercados emergentes de Morgan Stanley Investment Management.
Durante los últimos tres meses, estas monedas se han vuelto más susceptibles a las oscilaciones del dólar, lo que sugiere que los inversionistas las están usando para cubrir sus posiciones a favor de un alza de la moneda estadounidense, según Morgan Stanley.
No obstante, otros gestores de fondos señalan que hay pocas alternativas buenas. La única moneda de una economía emergente con un mercado más profundo es el yuan, que es muy controlado por el banco central chino. Las divisas con volúmenes comparables, como el won, son demasiado regionales y no reflejan bien lo que ocurre en el mundo en desarrollo, dicen inversionistas.
En lugar de usar el peso para mitigar el riesgo, Alejo Czerwonko, inversionista de mercados emergentes de UBS Wealth Management, apuesta a la caída de una canasta de divisas de las economías desarrolladas para compensar el desempeño de monedas como el real, el rublo ruso y el rand sudafricano. "Cuesta mucho encontrar una sola divisa con la cual expresar un punto de vista sobre una decena de países y en realidad no tengo una respuesta sobre cuál puede ser el próximo" barómetro, manifestó Czerwonko.
En cuanto al peso, no prevé un repunte en un futuro cercano. "La volatilidad está aquí para quedarse", asevera.
Pie de foto: El peso mexicano pierde presenta en los mercados internacionales.
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Breves
1.-Pemex y STPRM instalan Comisión
Mixta para Revisión Contractual
El director general de Petróleos Mexicanos, José Antonio González Anaya y el secretario general del STPRM, Carlos Romero Deschamps, encabezaron la instalación de la Comisión Mixta para la Revisión del Contrato Colectivo de Trabajo para el bienio 2017-2019.
Ante el Comité Ejecutivo General del Sindicato, los integrantes de la Comisión Mixta de Contratación, los directores corporativos y titulares de las empresas productivas subsidiarias, González Anaya señaló que la relación constructiva que se ha desarrollado entre la administración y el sindicato petrolero ha fortalecido a Petróleos Mexicanos y lo seguirá haciendo. "El principal activo con que cuenta Pemex son sus trabajadores, quienes a lo largo de muchos años han creado y sostenido a la empresa más emblemática de México".
Romero Deschamps destacó la relación cordial que existe entre empresa y sindicato. Indicó que las negociaciones se llevarán a cabo de manera franca y transparente para lograr acuerdos en beneficio de Pemex y sus trabajadores.
Los representantes de ambas partes en la comisión coincidieron en que durante las sesiones de la revisión contractual prevalecerá un diálogo respetuoso. En las próximas semanas se darán a conocer los resultados de estas negociaciones.
2.- Trump hace que México se replantee
su modelo de crecimiento económico
Las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y de construir un muro en la frontera sur del país están sacudiendo a la economía mexicana antes que se coloque el primer bloque de concreto o se fije una fecha para negociar el acuerdo.
Se prevé que el crecimiento de la economía mexicana prácticamente se paralizará en 2017, la inversión interna se ha desplomado, el peso ha caído, las tasas de interés y la inflación están en alza, y los líderes políticos y empresariales del país se preguntan si necesitan un nuevo modelo económico que dependa menos de su vecino del norte.
Antes de las elecciones presidenciales de EE.UU. en noviembre, Citibanamex pronosticó que el Producto Interno Bruto crecería 2,3% en 2017. Desde entonces, el banco ha reducido dos veces sus previsiones, primero a 1,8% y recientemente a un flojo 1,2%, en parte debido a la incertidumbre sobre la relación comercial y de inversión con EE.UU.
Las encuestas muestran un creciente pesimismo entre los empresarios. Citibanamex predice que la inversión fija bruta en México se contraerá 0,8% este año, después de subir 4,6% en 2015. En los primeros nueve meses de 2016, la inversión extranjera directa cayó 24% frente al mismo lapso del año anterior, según el Banco de México, conforme los negocios que dependen del comercio transfronterizo se preocupaban más por las críticas a los pactos comerciales incluso antes de las elecciones en EE.UU. Desde 1999, EE.UU. ha representado 46% de la inversión extranjera directa en México, con España como su segundo inversionista, con 3%, según la Secretaría de Economía mexicana.
3.- IMEF eleva a 1.9% su expectativa
de crecimiento de México para 2017
La actual administración federal entregará una economía en crecimiento, con disciplina fiscal y mecanismos "disciplinadores" para quien gane las elecciones presidenciales de 2018, destacó el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
La presidenta nacional del organismo, Adriana Berrocal González, informó que ante una mejor perspectiva para la economía mexicana, el IMEF elevó por tercer mes consecutivo su expectativa de crecimiento para 2017, ahora a 1.9 por ciento desde la estimación previa de 1.7 por ciento.
Lo que ha ayudado a este optimismo sobre la economía mexicana es que se espera que las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) lleguen a buen puerto, pues el reciente acuerdo sobre la disputa con Estados Unidos sobre el azúcar muestra que México tiene elementos para negociar.
El presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF, Gabriel Casillas Olvera, destacó a su vez que el próximo año la economía mexicana crecerá más que en 2017, por lo cual el organismo elevó su estimación a 2.30 por ciento desde el nivel previo de 2.20 por ciento.
Además de este mayor crecimiento, dijo, la actual administración entregará a quien gane la Presidencia en 2018 un gobierno con mayor disciplina fiscal, pues el remanente de operación del Banco de México (Banxico) ayudará a reducir el nivel de la deuda como proporción del Producto Interno Bruto (PIB).
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