Murió el caricaturista 'Rius'

Murió el caricaturista 'Rius'
*El gobernador de Morelos, Graco Ramírez, informó que esta madrugada murió el historietista y escritor Eduardo del Río.
Eduardo Humberto del Río García, caricaturista, historietista y escritor mexicano, murió a los 83 años.
Angel Iturralde/ Agencias

El caricaturista Eduardo del Río, mejor conocido como Rius, falleció esta madrugada a los 83 años de edad, informó el gobernador de Morelos, Graco Ramírez.
"Triste noticia falleció Eduardo del Río ilustre michoacano de nacimiento y Morelense de adopción. Rius hizo la mejor caricatura política", escribió el gobernador en su cuenta de Twitter.
Triste noticia falleció Eduardo del Río ilustre michoacano de nacimiento y Morelense de adopción. Rius hizo la mejor caricatura política pic.twitter.com/oSyPrIgb60
    — Graco Ramírez (@gracoramirez) 8 de agosto de 2017
Rius trabajó como caricaturista e ilustrador en La Jornada, Novedades y Proceso. Es autor de Los Agachados y de los libros de sátira política Los presidentes dan pena, ¿Cuándo se empezó a xoder a Méjico?, La Reforma dizque heducativa, entre otros.
En junio de 2014 publicó Mis confusiones. Memorias desmemoriadas, una autobiografía en la que cuenta  su trayectoria como caricaturista, su infancia en la pobreza y sus encuentros con algunos personajes como Ernesto Che Guevara.
Rius nació en Zamora, Michoacán el 20 de junio de 1934.

Estoy hasta la madre 
del humor político: Rius
Justo hace tres años, el 8 de agosto de 2014, el semanario Dominical, de Milenio publicó una entrevista realizada al popular historietista y dibujante, la cual reproducimos a continuación:
La vida de Eduardo del Río, Rius, siempre ha estado entre los monitos, ya sea en el cartón político o en la caricatura histórica y, por supuesto, política, pero llegó el momento en que todo pareció volver al origen, a la necesidad de hacer del trazo y del humor los únicos elementos de diálogo con los otros.
Con más de seis décadas de trabajo, Rius decanta todo aquello que le hizo acercarse a la imagen, a la creación de figuras que, incluso, llegaron a extraviarse entre los cientos de dibujos desarrollados a lo largo de su vida; su más reciente libro, Rius en pedacitos (Almadía, 2014), de alguna manera refleja sus nuevos intereses.
"Son dibujitos, algunos tenían años guardados, porque el humor blanco en México casi no se puede publicar. Todo lo que le piden a uno los editores es humor político y yo ya estoy hasta la madre del humor político.
"Son temas que lo cansan a uno, porque no resuelven los problemas. Estoy cansado de ocuparme de los políticos, tiene varios años que no hago cartón editorial en los periódicos ni en las revistas. Estoy dedicado más a los libros, pero sí, ya estoy hasta la madre de los políticos, como la mayoría de los mexicanos... yo creo".
Un libro en el que Rius recopiló cerca de 100 chistes, "algunos muy simples, otros muy filosóficos", a decir del caricaturista, el volumen tiene un poco de todo lo que ha hecho en la vida, sin más interés que la gente se ría un poco, "en especial ahora que las cosas están tan complicadas en México: se trata de que la gente sonría un poco y descanse de la realidad nacional".
"El libro no tiene mayor chiste, es como un juguete musical, una colección de puntadas, de ocurrencias, de chistes sin relación uno con otro, un muestrario de mi trabajo los últimos 60 años sin llegar a ser una antología".

Una mirada a lo cotidiano
En el volumen se reunieron 100 dibujos de humor, "de pretendido humor", asegura, porque no se trata de un libro que tenga pretensiones de enseñar algo, ni siquiera se aborda algún tema en particular, que desarrollará de principio a fin, "nada más es un libro lleno de monitos, por eso es Rius en pedacitos.
"Es otro tipo de humor, no es al que está uno acostumbrado a ver en los caricaturistas, el humor político, y aunque hay ciertas asuntos del tema, traté de alejarme lo más posible de los partidos políticos, de los diputados, los senadores y los gobernadores. Nada de eso hay aquí en el libro, es un volumen que pueden leer con tranquilidad y rápidamente, además, casi no tiene texto", cuenta Rius desde la ciudad de Oaxaca, donde radica.
Uno de los aspectos que no se pierden en el volumen es el humor, aunque la crítica esté un tanto oculta, con la intención de escapar de la rutina en la que suelen caer los caricaturistas por exigirles que se dediquen solo al humor político, convencido de que la realidad, la patria, nuestra vida, son tal y como las vemos, problemáticas siempre, pero resultan más divertidas si ponemos imaginación y "de paso hasta dudamos un poquito".
"La mayoría del libro está formado por dibujitos que nunca se habían publicado, algunos estaban escondidos en libretas, ya ni me acordaba que existían, y cuando me pidieron un libro se me ocurrió que podría reunir los que estaban perdidos, hacer otros especialmente para el libro y reproducir otros que ya se habían publicado hace más de 30 o 40 años".
Rius en pedacitos ofrece escenas de la vida cotidiana, objetos que cobran vida, la historia mexicana y sus posibles desatinos, homenajes a la imaginación, mínimos bestiarios, la sátira de esta sociedad tan nuestra, aun cuando el caricaturista apuesta por que la gente se ría, sin otra cosa en qué pensar.
Si Rius está convencido de que la ociosidad es la madre de ciertos dibujos, el volumen se presenta como un panorama de sus ociosidades, donde la Revolución, la Iglesia o los políticos no están presentes... de manera tan clara, aunque al final son siempre preocupaciones de un hombre que este junio llega a sus primeros 80 años de vida.

Sin preocupación por la muerte
Solo falta un mes para que Rius arribe a las ocho décadas, por lo que su principal preocupación en la actualidad sea vivir: "ya tengo 80 años, estoy en edad de retirarme, pero nosotros no tenemos manera de que alguien nos pague la jubilación y tenemos que seguir trabajando, aunque intento hacerlo a gusto y sin la presión del tiempo por parte de los editores. Como que me quiero retirar, pero no me puedo", confiesa el historietista.
Como parte de sus esfuerzos editoriales adelanta que acaba de entregar a la editorial Grijalbo el manuscrito de unas memorias que le pidieron, donde ya no dibujó, sino se dedicó a escribir sus recuerdos lo más fielmente posible, "porque con el tiempo uno olvida muchas cosas".
"Total, si llega la calaca cuando esté trabajando, qué bueno. Mi muerte no me preocupa, me preocupa la de los míos, yo esperaría morir antes que todos ellos, pero eso no lo puedo arreglar de ninguna manera".

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