Convierte tu televisor en una Smart TV con una Raspberry Pi: taller paso a paso

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La Raspberry Pi es un ordenador low cost del tamaño de una tarjeta de crédito. La Raspberry Pi nos permite sumergirnos en el universo maker a través de una gran cantidad de proyectos. Uno de los más sencillos y populares es el que permite convertir una televisor en una smart TV para acceder a internet, a muchos más canales y a otros servicios. En este taller veremos cómo hacerlo paso a paso.

Antes de empezar: qué necesitaremos

Para este proyecto será necesario contar con:

Una Raspberry Pi, preferiblemente el modelo 3. protegerla frente a golpes.

Un Televisor con HDMI

Un Cable HDMI

Una tarjeta micro SD de al menos 4 GB.

Conexión a internet

Teclado y ratón con puertos USB

Adaptador de corriente micro USB de 2,5 Amperios.

Aunque no es necesario, se recomienda usar una carcasa para proteger la placa frente a posibles golpes y caídas. Si la compras por separado, asegúrate de que sea compatible con tu modelo. Una buena idea para evitar dejarnos algo es hacernos con un kit que incluya todo lo necesario para poner la Raspberry Pi en marcha.

Fue la Fundación Raspberry Pi, una organización sin ánimo de lucro nacida en 2009, la que impulsó el proyecto para animar a los niños a aprender informática en los colegios de todo el mundo con un ordenador asequible.

A pesar de sus reducidas dimensiones, la Raspberry Pi permite realizar tareas básicas como las que ejecuta cualquier ordenador de sobremesa: navegar por internet, hojas de cálculo, procesador de textos, reproducir vídeo en alta definición e incluso jugar a ciertos juegos.

Raspberry Pi

Un vistazo a la Raspberry Pi nos permite identificar elementos típicos de cualquier computador: un SoC, CPU, memoria RAM, puertos de entrada y salida de audio y vídeo, conectividad de red, ranura SD para almacenamiento (lo que sería el disco duro), reloj, una toma para la alimentación, conexiones para periféricos de bajo nivel...

Como cualquier otro ordenador, sería necesario conectar periféricos de entrada y salida para poder interactuar: pantalla, ratón y teclado... además de grabar un sistema operativo para Raspberry Pi en la tarjeta SD. Tras conectarlo a la corriente, el pequeño ordenador ya estaría operativo.

En menos de una década la Raspberry Pi ha ido evolucionando y actualizándose con nuevos modelos. La esencia sigue siendo la misma: un ordenador compacto y que sea barato, pero los avances han mejorado la experiencia de uso gracias a la incorporación de hardware más potente, más puertos y conectividad. Por ejemplo el Bluetooth y el Wi-Fi, disponibles a partir de la Raspberry Pi 3 que hacen posible una interacción más ágil.

El último modelo lanzado al mercado es la Raspberry Pi 3 model B+, una placa con idéntico precio, pero más velocidad y Wi-Fi de doble banda.

Aunque existen gran cantidad de proyectos que podemos llevar a cabo con una Raspberry, lo habitual es usarla para 5 cosas:

Para fabricarnos una videoconsola retro y jugar a grandes clásicos con la distribución RetroPie instalada.

Como media center, o lo que es lo mismo, para convertir una televisión en una smart TV, con software como LibreELEC o OSMC.

Como ordenador con sistema Linux, a través de distribuciones como Ubuntu, Raspbian(Debian) o Pidora (Fedora).

Como servidor web con distribuciones como LAMP.

Para domótica, con Windows 10 IOT Core, lo que permite hacer de nuestra casa un espacio un poco más inteligente con proyectos como estaciones meteorológicas o hubs inteligentes.

Siendo las tres primeras las más sencillas, comunes y asequibles. En el taller precisamente convertiremos un televisor cualquiera en una Smart TV mediante la instalación de LibreELEC.