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lunes, 23 de septiembre de 2019

LA BARRIADA/A CESAR LO QUE ES DEL CESAR

POR MARTIN AGUILAR

Tras permanecer con él en el Canal del Congreso de la Ciudad de México por alrededor de tres años, con más de 20 trabajadores contratados por Ricardo Rocha se sintieron engañados y exigen a los diputados que renuncien al conductor, pero tal parece que le periodista se aferra al hueso y no quiere dejar el cargo y para que permanecer en un lugar donde no lo quieren, pero está esperanzado de que le autoricen unos milloncitos para lo que resta del año.

Esta semana, un enviado de la oficial Mayor del Congreso llegó con unos cargadores a la oficina que ocupa como director, para que el lugar fuera desalojado.

El periodista lo impidió, alegando que había acordado con el presidente de la Junta de Coordinación Política local, el panista Mauricio Tabe, no entregar absolutamente nada, pues él seguía siendo el director del Canal.

Le explicaron que la acción nada tenía que ver con su nombramiento, sino que el contrato de renta del inmueble había finalizado y la dueña exigía su devolución; que ése era el motivo de la visita.

Con tal de no dejar el lugar, Rocha ofreció a la dueña pagar de su bolsillo la renta del mes de septiembre, en espera de que lo ratifiquen en el cargo.

Desde la llegada de la actual Legislatura, con mayoría de Morena, al periodista le avisaron que tenía que dejar el puesto y que la estructura del Canal sería dada de baja en enero pasado, pues tenía un contrato temporal.

A tal grado fue su descontento del aún director, que dos veces se apersonó en la mañanera para pedirle al Presidente que lo ayudara a conservar el cargo e, incluso le recordó que él lo había ayudado cuando nadie lo quería y que a su nieto le había puesto Andrés.

El Presidente lo bateó, alegando que no era de su competencia, pero Rocha se aferra, amenazando, incluso, con demandar al Congreso por el uso de su equipo y estudio para la elaboración de programas legislativos.

Lo que el periodista omitió decir es que, luego de protestar para el cargo en julio de 2015, exigió a la Legislatura pasada la instalación de estudios de televisión de primer mundo en la calle de Gante, y la ampliación a más de 100 plazas laborales para su equipo.

Además de equipo especializado para bajar la conexión desde el cerro del Chiquigüite. Dos de esas tres cosas le fueron negadas por incosteables; él ofreció hacer el trabajo desde las instalaciones de su agencia Detrás de la Noticia.

La entonces Asamblea Legislativa compró cámaras de TV, consolas y demás equipo, que el periodista usa en sus instalaciones.

A los morenos les hicieron ruido los casi 200 millones de pesos que le habían autorizado para el Canal, y la nómina que sus propios trabajadores difundieron, en la que estaban más de 100 personas, incluso varios familiares.

Ellos mismos dicen que lo que le interesa a Rocha no es la programación del Canal, sino los recursos que recibe y con los que mantiene su nómina.

Tan los diputados de Morena lo quieren fuera, que ya nombraron en su lugar al exdiputado Roberto Candía como el responsable de la transición del Canal, para fusionarlo con la señal del Canal 21 del gobierno capitalino.

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