Javier Mori
Considerado en otras épocas como un ser divino, con mágicos atributos, el picaflor inspiró leyendas fantásticas y su belleza, armonía y colorido le valieron también otros nombres que se enlazan con la creación y la poesía. Os contamos la leyenda del colibrí.
Cuenta una leyenda guaraní que la muerte no es el final de la vida, pues el hombre, al morir, abandona el cuerpo en la Tierra pero el alma continúa su existencia; se desprende y vuela a ocultarse en una flor a la espera de un mágico ser.
Entonces aparece un mainimbú -nombre guaraní del colibrí- y recoge las almas para guiarlas amorosamente al Paraíso. Esta es la razón de que vuele de flor en flor.
Antiguamente se creía que el colibrí provenía de un país de hadas y quien tenga hoy el placer de contemplarlo, no estará lejos de opinar lo mismo.
CARACTERÍSTICAS DEL PROTAGONISTA DE LA LEYENDA DEL COLIBRÍ
Es un animalito muy animal, habita en toda América pero especialmente en zonas tropicales. Hay distintas especies: el sunsún de Cuba no alcanza los 5 centímetros de longitud y es el pájaro más pequeño que se conoce.
El nido es diminuto como su dueño: ¡tiene el tamaño de una nuez! Cuando vuela, sus alas vibran a una velocidad increíble y es imposible distinguirlas. Mientras absorbe el néctar parece como si su cuerpo se encontrara suspendido en el aire.
Si lo ven, pónganse contentos, porque se cuenta que cuando un picaflor se acerca a una casa, es señal de que habrá gratas visitas.
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