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jueves, 26 de agosto de 2021

Barriada/Martin Aguilar/Dios los cría y ellos se juntan

A unos días de que inicie la nueva Legislatura en el Congreso de la CDMX, donde Morena ya no tendría la mayoría, por lo que si quiere aprobar algunas de las iniciativas de Claudia Sheinbaum y aunque a muchos les pudiera mover a risa, la encrucijada en que se encuentra Morena en la Ciudad de México los llevará a tratar con pinzas a la oposición, pero, sobre todo, al PRD, para buscar legitimarse con la izquierda rumbo a 2024. 


Y es que luego del castigo aplicado por la clase media a los morenos en las pasadas elecciones, el Presidente pintó su raya con ese importante sector que, quieran o no, es el que define el resultado de la lucha electoral… al menos en la CDMX.

 

Si la 4T desprecia a la clase media, acusándola de "aspiracionista" por querer un mejor futuro para su familia, es prácticamente imposible que recupere ese voto.

 

Por eso enfoca sus baterías hacia los más pobres y sus gobiernos buscan sacar dinero de donde sea para regalarlo a través de programas sociales, a fin de ampliar una clientela política que los mantenga en el poder.

 

Aunque han podido consolidar una base importante entre los grupos sociales que dependen de sus dádivas, acciones como la falta de medicamentos y la clausura de estancias infantiles, entre muchísimas otras, los han alejado de ellos.

 

Entre la población, pocos consideran a los morenos de izquierda —polo del cual se han alejado por sus políticas conservadoras— y por ello necesitarán del PRD para que sus iniciativas logren cierta credibilidad en ese sector.

 

Porque, aunque muy disminuido, el sol azteca se ha mantenido fiel a sus causas históricas, y quienes simpatizan con la izquierda no ven otra opción que ésa.

 

En este rejuego político, el PRD jugará un rol muy importante en el Congreso de la Ciudad de México, para lo cual los coordinadores parlamentarios tendrán que tejer muy fino, pues ese partido es parte de la alianza que ganó la mayoría de las alcaldías en la capital del país.

 

Habrá que ver si las tablas de los perredistas Víctor Hugo Lobo y Jorge Gaviño, que desde 2018 han hecho una mancuerna que ha parado de cabeza a Morena en los debates, bastan para conseguir buenos acuerdos.

 

A partir de septiembre, la 4T tendrá que negociar a fuerza con las bancadas opositoras, a las que no podrá mayoritear más. Aunque hay más identidad con los perredistas, que en su plenaria dejaron claro que están abiertos a los acuerdos, pero no a claudicar a sus banderas.

 

El sol azteca convirtió en ley El Médico en tu Casa, por ejemplo, que la actual administración ha desaparecido en perjuicio de las clases desvalidas. Aprobaron temas como la legalización del aborto o el matrimonio igualitario, sin olvidar que los programas sociales salieron de su chistera.

 

En este escenario, Lobo ha dejado ver que, más que la confrontación, su partido privilegiará los acuerdos con el gobierno de Claudia Sheinbaum, en beneficio de los capitalinos, pero tiene que cuidar hacia el interior de su partido el no claudicar a los principios de sus colores.

 

Quién iba a decir que el odiado PRD se convierta hoy en un factor fundamental para Morena en la ciudad. 


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