El presidente Andrés Manuel López Obrador emitió el lunes un extenso decreto que requiere que todas las agencias federales aprueben de manera automática cualquier proyecto de obra pública que el gobierno considere "de interés público y seguridad nacional".
El decreto publicado el lunes esquiva todos los procesos de revisión ambiental, responsabilidad y viabilidad, y además establece un plazo de cinco días a las agencias regulatorias para otorgar una aprobación "temporal" de un año para lo que sea que el gobierno quiera construir.
Un año después, las agencias ya podrían otorgar una aprobación definitiva, momento en el cual las obras probablemente ya habrían comenzado.
El gobierno de López Obrador se ha distinguido por la construcción de enormes proyectos. Uno de ellos es el llamado "Tren Maya" de 1.500 kilómetros (950 millas) de longitud que recorrerá la península de Yucatán.
A pesar de que el área está repleta de comunidades indígenas, selva, vida silvestre y sitios arqueológicos, el proyecto se aprobó de forma expedita sin que se realizaran suficientes consultas, estudios de viabilidad ni de impacto ambiental.
El decreto que emitió la Secretaría de Gobernación (Interior) el lunes simplemente eliminaría dichos requerimientos.
"Esto es serio. Esto es grave. Esto exige resistencia", tuiteó Alejandro Hope, analista de seguridad.
Leonardo Núñez, investigador del grupo Mexicanos Contra la Corrupción, dijo que el decreto es "de un peligro extremo".
El decreto manifiesta que se "declara de interés público y seguridad nacional la realización de proyectos y obras a cargo del Gobierno de México asociados a infraestructura de los sectores comunicaciones, telecomunicaciones, aduanero, fronterizo, hidráulico, hídrico, medio ambiente, turístico, salud, vías férreas, ferrocarriles en todas sus modalidades, energético, puertos, aeropuertos y aquellos que, por su objeto, características, naturaleza, complejidad y magnitud, se consideren prioritarios y/o estratégicos para el desarrollo nacional".
López Obrador es un gran promotor de los combustibles fósiles, y ha ordenado la construcción de una enorme refinería, y la actualización de algunas otras.
Pero el Tren Maya es quizá su proyecto más ambicioso. Su objetivo es conectar los centros turísticos en el Caribe con las poblaciones indígenas y sitios arqueológicos del interior de la península, en un intento por estimular el desarrollo económico en las zonas aledañas a las 15 estaciones del proyecto. El gobierno asegura que su costo rondará los 6.800 millones de dólares, pero hay quienes dicen que será mucho mayor.
Los detractores aseguran que el mandatario impuso el proyecto sin que se realizaran estudios adecuados sobre su impacto en el medio ambiente, los cenotes — cavernas subterráneas que abundan en la zona —, y sitios arqueológicos.
Algunos tramos ya cuentan con vías, y las autoridades señalaron que algunos sitios ya fueron alterados por la colocación de vías férreas hace varias décadas. Pero otras partes del trazado atraviesan delicadas selvas, a pesar de que vayan en paralelo a caminos o líneas de transmisión eléctrica existentes. Incluso en los lugares que tienen vías férreas antiguas, el proyecto implicaría actualizar los rieles y construir nuevas estaciones.
Algunas comunidades mayas han recurrido a los tribunales para impugnar el proyecto, argumentando que dañará el medio ambiente. Aseguran, además, que no se les consultó de forma debida al respecto o que no les generará beneficios.
0 comments:
Publicar un comentario