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lunes, 17 de enero de 2022

La Barriada/Martín Aguilar/Entre corruptos te veas

Aún no concluía 2021 y Claudia Sheinbaum se aplicaba ya en la construcción de su propia red de operación política en el país, a través de gobernadores afines a la 4T que la ayudarán a posicionarse para la sucesión presidencial de 2024. 


Desde Palacio Nacional algunos mandatarios habían recibido la "sugerencia" de sumarse a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, para lo cual la propia funcionaria había arrancado una serie de giras por el interior de la República.

 

Uno de los primeros en extender el tapete fue el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, quien comentó a sus cercanos que el propio Presidente le pidió apoyar a Claudia, por lo que apostaría a ella su capital político.

 

El exfutbolista es muy libre de apostar por quien quiera, pero tendría que aclarar a qué "capital político" se refiere, cuando ni siquiera pudo conservar la capital de su estado, que en junio pasó a manos del neopanista José Luis Urióstegui.

 

Quizá se refería a que, con todo y lo inepto que es, sigue conservando fama entre la raza, que constantemente le pide autógrafos y selfies. Precisamente de esa fama se quería colgar Sheinbaum para placearse por Morelos; la figura del Cuau le ayudaría.

 

Todo iba bien, hasta que se atravesó la publicación de una fotografía del góber abrazado con tres de los principales capos del narco en su entidad, con los que convivió en la iglesia de Yautepec.

 

Aunque Cuauhtémoc dice que cuando le piden una selfie nunca pregunta a la gente de dónde es o a qué se dedica, en este caso no se trataba de unos malandros cualquiera, sino de los jefes de plaza de grandes cárteles.

 

Si dice que no sabía quiénes eran, entonces su equipo de seguridad no hizo su chamba, pues, según él, nadie le advirtió que estaba rodeado de capos. La fotografía fue obtenida de un celular decomisado a Esther Huitrón Vázquez, La Jefa, presunta operadora de los Guerreros Unidos.

 

De ser el objeto del deseo del equipo de Sheinbaum, Cuauhtémoc Blanco acabó convertido no sólo en un lastre para los morelenses —ya lo era—, sino en un pesado fardo para la 4T, por lo que se antojaría su relevo antes de que le acabe de descomponer el cuadro a Morena para 2024.

 

En caso de que el gobernador dejara las riendas —lo cual sería muy sano incluso para él—, la 4T tendría que abrir sus opciones para ir perfilando a quien pelee por retener la entidad en tres años.

 

Las cartas del centro son Margarita González Saravia, directora de la Lotería Nacional; Lucía Meza, senadora; Rabindranath Salazar, subsecretario en Segob, y Juan Salgado Brito, enlace del IMSS con las entidades federativas.

 

Cualquiera de ellos podría abanderar a Morena, aunque primero habría que preparar el terreno que ha destrozado el Cuau, y quienes conocen de la grilla morelense aseguran que el más hecho para agarrar el interinato y preparar la presidencial sería Salgado Brito.

 

Es el único que podría incorporar a la 4T incluso a algunos sectores de la oposición, pero tendría que renunciar a su aspiración de gobernar seis años y cambiarla por los tres que quedan en la actual administración.

 

Por lo pronto, Cuauhtémoc Blanco es un fusible quemado, al que Claudia ya no querrá cerca. 


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