El anuncio de incrementar en 35 por ciento el costo del agua en 165 colonias de la Ciudad de México se hizo en el peor momento, debido a que estamos enfrentando el pico más alto de la cuarta ola de la pandemia por Covid-19, lo cual ha provocado saturación en los servicios médicos, inestabilidad económica y ausentismo en los centros laborales y educativos.
Muchos piensan que en el antiguo Palacio del Ayuntamiento hace falta sensibilidad política y empatía con los ciudadanos, así como aplicar políticas de precios adecuados y equitativos en el suministro de agua desde una visión social.
Consideran que —pese a los cortos mensajes de la titular del gobierno capitalino en las redes sociales intentando justificar el incremento—, Claudia Sheinbaum debe explicar qué método se utilizó para seleccionar a las colonias que deberán pagar más por el servicio, y que curiosamente se ubican en 8 de las alcaldías gobernadas por la oposición.
Hasta el momento no hay una explicación convincente. La Jefa de Gobierno insiste en chocar una vez más con alcaldes y legisladores locales de oposición, quienes consideran la medida de injusta, arbitraria y más que nada, un acto de castigo contra los electores que no votaron por Morena en las pasadas elecciones.
Si bien las reformas al Código fiscal para que el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) aplicara un incremento de 35 por ciento a aquellas colonias que superen un consumo de 60 mil litros fueron aprobadas en 2019 en la anterior legislatura, diputados y dirigentes del PAN insisten en que se suspenda la medida, debido a que muchas familias aún resienten los efectos de la pandemia por Covid 19.
La Jefa de Gobierno ha reiterado que no se han incrementado las tarifas de agua y que sólo se ha aplicado un incremento en ciertos lugares, para evitar el desperdicio y poder hacer frente a la sequía. Sin embargo, vecinos de las colonias afectadas ya anunciaron que se preparan para interponer amparos y garantizar su derecho al agua.
En su Tercer Informe de Gobierno, Sheinbaum se refirió al incremento en el presupuesto para Sacmex y manifestó su compromiso para modernizar el sistema de distribución de agua potable, a fin de mejorar el abasto en las zonas de la ciudad que carecen de este servicio. Se ufanó de los avances en la modernización del sistema de distribución de agua potable, que ha permitido —dijo—, reducir fugas y equilibrar su distribución.
El informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos, señala que la capital de México se encuentra entre las 10 ciudades del mundo en riesgo de quedarse sin agua potable. Ello se debe a que creció 100 veces su tamaño geográfico y 7 veces su población entre 1950 y 2010, arrasando con el fluido de los lagos y acuíferos subterráneos.
Investigadores y analistas coinciden que en un plazo no mayor a 40 años, a causa del cambio climático, la mayoría de los pozos subterráneos se agotarán. La crisis del agua solo podrá contenerse mediante la preservación de humedales, la recuperación de ríos urbanos y evitar la contaminación del manto freático; todo ello con visión de largo plazo, políticas eficaces, precisas y transparentes, y un verdadero compromiso de las instituciones públicas y privadas.
En distintos foros se ha señalado que el aprovechamiento eficiente del agua de lluvia podría ayudar a hacer frente a la escasez del líquido vital. Historiadores dan cuenta de la tradición que se practica desde hace 5 mil años para almacenar y hace un uso adecuado del recurso pluvial.
Por ello, es necesario que en la capital se impulsen nuevas acciones y programas como los que implementó en su momento la Secretaría de Desarrollo Social en 3 deportivos en los cuales se instalaron sistemas para tratamiento y recuperación del agua de lluvia. Estoy segura de que si estos programas se generalizaran, podría emplearse en la limpieza y sanitarios domésticos, así como en los procesos industriales, y para recargar las reservas subterráneas.
Países como Inglaterra y Alemania aprovechan el agua de la lluvia en edificios que tienen el sistema de recolección y la utilizan en los baños o en el combate a incendios, lo que representa un ahorro del 15 por ciento del recurso.
Por ejemplo, en Vancouver, Canadá, se entrega un subsidio para la compra de tanques plásticos de 285 litros para recolectar agua de lluvia, en tanto que en algunas poblaciones de Estados Unidos se promueve la captación y se ofrecen incentivos en los impuestos
Por ello, sobre todo para evitar suspicacias políticas, es necesario explicar a cabalidad las razones que llevaron a elevar el costo del agua sólo en algunas colonias de la Ciudad de México, así como impulsar mayores acciones de concientización para motivar a los usuarios a lograr un uso eficiente del líquido. Una verdadera cultura del agua sólo será posible cuando la población la reciba en cantidad y calidad adecuadas; solo así se garantizará su consumo responsable y un pago puntual y razonado.
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