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sábado, 15 de enero de 2022

La Barriada/Martín Aguilar/Lo que se ve, no se juzga

Calificado como el peor gobernador del país; precedido de su fama de tramposo desde que falsificó su domicilio para ser alcalde de Cuernavaca, y desprestigiado por la dudosa honradez de su equipo, Cuauhtémoc Blanco parece ya insostenible. 


Ni un niño de kínder se traga el cuento de que la foto donde el gobernador de Morelos aparece abrazado de tres narcos en un templo de Yautepec es una más de las miles de gráficas en las que el exfutbolista aparece posando con sus fans; a otro perro con ese hueso.

 

Si no se trataba de cualquier tipo de fanáticos, sino de los tres malandros que controlaban las actividades delictivas en la zona centro y sur del estado, y que seguramente no acostumbraban a ir juntos a misa cada domingo.

 

Nadie está diciendo que el gobernador sea narco, pero de que se reunió con ellos, ni duda cabe. Su equipo de seguridad —integrado por soldados— no lo iba a arriesgar a que cualquier desconocido se le acercara con el pretexto de una selfie.

 

A raíz de esa foto, publicada en un periódico de Morelos, se ha desatado una andanada contra el Cuau, lo que cada vez lo hace parecer más insostenible, pues sus enemigos políticos —que no son pocos— han aprovechado el momento para surtirlo bien y bonito.

 

Luego de la foto y de las declaraciones del propio góber, en el sentido de que los comentarios que lo quisieron relacionar con ese tipo de gente le daban risa, la cosa se puso peor. Comenzaron a aparecer narcomantas con amenazas hacia su persona.

 

Primero le dijeron que no se hiciera tonto —con otras palabras—, y que ni se le ocurriera desconocer los acuerdos que presuntamente hizo con los grupos delincuenciales de la zona, porque darían a conocer detalles de todas sus tropelías.

 

Por su conducto, le pidieron que saludara a Hugo Eric Flores, líder nacional del PES, dando a entender que también estaba en la citada iglesia del municipio morelense, ubicada entre Cuernavaca y Cuautla, las dos ciudades más importantes del estado.

 

Pero lo más interesante fue que en la más reciente narco-manta, le recordaron que Alejandro Villarreal habría organizado la reunión en Yautepec. Ahí el tema cobra otro sentido, pues este personaje fue secretario de Hacienda con los exgobernadores panistas Sergio Estrada Cajigal y Marco Adame, para después manejar el dinero de Cuernavaca con el propio Cuau.

 

Todo mundo recuerda que Villarreal, quien alguna vez aspiró a la gubernatura de Morelos, fue dueño del equipo de futbol Ballenas de Galeana, al que quería ascender a la primera división, a pesar de lo costoso que era.

 

Apenas esta semana, un grupo de diputados locales exigieron a la Fiscalía de Justicia del estado investigar todo lo relacionado a la foto y las mantas. Y como al actual fiscal lo puso el exgobernador Graco Ramírez, a quien el Cuau juró meter al bote…

 

Mientras son peras o son manzanas, el examericanista tendría que irse ya, antes de que lo vayan a destituir, y en una de esas hasta enfrente un juicio.

 

Hace apenas dos semanas Claudia Sheinbaum quería placearse con él; hoy no lo quiere ver ni en un póster del América. 


 

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