La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) tiene bajo revisión la construcción de 2 mil 96 nuevas sucursales del Banco del Bienestar que debieron concluirse en 2021 y que representan una inversión de casi 150 mil millones de pesos, incluyendo costos de operación y mantenimiento de esas instalaciones por 30 años.
También está bajo revisión el programa de sustitución y adquisición de equipos de cómputo personal para el corporativo del banco y para 433 sucursales de la Ciudad de México.
La revisión obedece a modificaciones presupuestales y de tiempo de ejecución que podrían sufrir estos proyectos, de acuerdo con información de la cartera de inversión de Hacienda. Los nuevos parámetros de estas nuevas sucursales son revisados por la Unidad de Inversión de la SHCP, concretamente por la Dirección de Recursos Materiales, con datos al cuarto trimestre del año pasado.
Originalmente, la institución financiera solicitó el registro a las autoridades hacendarias de la construcción de las 2 mil 96 oficinas del Banco del Bienestar en 25 paquetes de 22 y hasta 86 sucursales, cada uno con diferentes claves de cartera, para desarrollarse en todo el territorio nacional, fijando un calendario fiscal que concluiría el 31 de diciembre del año pasado.
Sin embargo, cuatro de esos paquetes presentan 0% de avance físico. Además, las 44 proyectadas en dos paquetes de 22 sucursales para construir en la Ciudad de México presentan un avance en promedio de 38%.
El resto de los paquetes no superan avances físicos de 60%. Tres son los más importantes por el número de sucursales a construir en cada caso, que son 87, y cada paquete tiene un costo de 8 mil 609.9 millones de pesos.
Esos tres bloques de sucursales son para Oaxaca, Quintana Roo, Yucatán, Veracruz, Chiapas, Guerrero, Tabasco, Michoacán, Jalisco, Nayarit, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas.
Hacienda calcula que cada sucursal tiene un costo promedio de 5.8 millones de pesos, pero el mayor gasto de inversión es el relacionado con el mantenimiento y la operación del activo a lo largo de tres décadas, que en promedio por sucursal es de 98.9 millones de pesos.
El objetivo de la infraestructura, de acuerdo con la información obtenida, es contribuir a incrementar la inclusión financiera para la población que vive en zonas marginadas del país, quienes, por sus condiciones socioeconómicas y geográficas, tienen un limitado acceso a servicios bancarios y financieros.
El diagnóstico destaca que actualmente "se tiene una limitada oferta de productos financieros que se adapten a las necesidades de los usuarios del sector marginado de la población, lo que conlleva altos tiempos de traslado a localidades en las que existen servicios financieros y riesgos de seguridad en el traslado a las localidades donde se encuentran las sucursales que otorgan servicios bancarios".
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