Rebeca Marín
Con 98 votos a favor, el Senado aprobó el acuerdo para la cooperación en los Usos Pacíficos de la Energía Nuclear entre México y Estados Unidos, con el cual, nuestro país tendría acceso a tecnologías de punta para continuar con el impulso de los sectores productivos y de desarrollo social.
El dictamen, que fue enviado al Ejecutivo federal, consta de 15 artículos y un anexo, y firmado entre ambas naciones el 7 de mayo de 2018, tiene como prioridades fortalecer la cooperación para el desarrollo sustentable y seguro de la energía nuclear, con fines exclusivamente pacíficos y no explosivos.
Además, busca impulsar la investigación, desarrollo, diseño, construcción, mantenimiento y capacitación en la operación de plantas y reactores nucleares de potencia, de pequeño y mediano tamaño, y de investigación y de aplicaciones no energéticas de la energía nuclear.
La presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América del Norte, Gina Andrea Cruz Blackledge, reconoció que la firma de este convenio es un tema pendiente con el principal socio del país.
De esta manera, explicó, México y Estados Unidos podrán transferir información relativa al uso de la energía nuclear con fines pacíficos, a través de diversos medios, de acuerdo con las leyes, reglamentos y tratados aplicables.
Por otra parte, Rocío Abreu Artiñano, presidenta de la Comisión de Energía, destacó que, con la aprobación de este dictamen, se fomentará la generación de energías limpias en el país, mismas que serán confiables y seguras, además de continuar con el impulso del sector productivo y de desarrollo social ligado al sector energético.
Además, aseguró que fortalece la cooperación bilateral en el desarrollo y uso internacional de energías nucleares, con fines pacíficos, lo que abre las posibilidades para el desarrollo del sector.
Del grupo parlamentario de Acción Nacional, la senadora Xóchitl Gálvez Ruiz destacó que este convenio ayudará a México a abrir otras posibilidades importantes en el desarrollo de nuestra industria eléctrica.
Por el PRI, la senadora Claudia Ruíz Massieu dijo que, con el acuerdo, el Estado mexicano reforzará el marco de acción, desde el cual da total cumplimiento a sus obligaciones internacionales en materia de energía nuclear.
Nancy de la Sierra Arámburo, senadora del grupo plural, expresó que este documento bilateral abonará al fortalecimiento y desarrollo del sector nuclear del país, mediante la colaboración entre científicos mexicanos e internacionales y el acceso a la tecnología de vanguardia en favor de sectores productivos nacionales.
El acuerdo contempla también la fabricación y suministro de elementos de combustible nuclear, la producción y aplicación de isótopos radiactivos en la industria, la agricultura y la medicina, la seguridad nuclear, la protección al medio ambiente y preparación de respuesta en situaciones de emergencia.
Ambas naciones podrán transferir información relativa al uso de la energía nuclear con fines pacíficos, a través de diversos medios, en la medida y términos permitidos por sus respectivas leyes y reglamentos, así como en los tratados que les sean aplicables.
En el caso de información propietaria o confidencial, estarán obligados a otorgar un nivel de protección equiparable al otorgado por la otra parte y sólo podrán divulgar la información en los casos requeridos por su respectiva legislación y previa notificación a la otra parte.
El acuerdo no contempla la transferencia de datos restringidos y tecnología nuclear sensible, pero incluye salvaguardias nucleares y protección física, así como el intercambio de mejores prácticas para el desarrollo de la política nuclear
Prevé, además, bajo determinadas condiciones, la transferencia de material, equipo y componentes, con excepción de instalaciones nucleares sensibles y componentes críticos principales.
Dicho acuerdo contempla además que el gobierno de los Estados Unidos de América podrá transferir a México uranio poco enriquecido, para su utilización como combustible en reactores y experimentos de reactores, para su conversión o fabricación, o para otros propósitos que se convengan mutuamente.
Dispone que el material, equipo y componentes transferidos no serán reprocesados o alterados, y el uranio no podrá ser enriquecido. Tampoco serán usados para dispositivos nucleares explosivos, ni para el desarrollo de cualquier dispositivo nuclear explosivo o para fines militares.
Ambos países estarán obligados a mantener la protección física adecuada del material nuclear y equipo transferido, en el marco del acuerdo y del material fisionable especial utilizado o producido mediante el uso de material o equipo transferido bajo el mismo.
Los países firmantes deberán aplicar niveles de protección equivalentes a las recomendadas por el Organismo Internacional de Energía Atómica y las previstas en la Convención sobre la Protección Física de los Materiales Nucleares y las Instalaciones Nucleares.
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