Rebeca Marín
A ojos de Relaciones Exteriores, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) trajo menos dolores de cabeza de los que se preveían.
El canciller Marcelo Ebrard reconoció que el gobierno federal auguraba varios choques con su contraparte estadounidense en torno al T-MEC, sobre todo por las disposiciones laborales en el texto. Sin embargo, añadió, las aguas han permanecido relativamente tranquilas.
"Se esperaban grandes tensiones laborales. No ocurrió, ni va a ocurrir [...] Habíamos previsto un nivel de conflicto mayor, y estamos en un nivel de conflicto menor", declaró desde el Colegio de México (Colmex) durante la presentación del libro Embajadores de Estados Unidos y México.
México, EU y Canadá consideran el T-MEC como un mecanismo que será altamente benéfico para su integración comercial y económica. No obstante, varios de sus capítulos encendieron focos precautorios por posibles disputas en torno a sectores como el automotriz y el agrícola, además de por las nuevas obligaciones de México en materia laboral.
Ebrard aseguró que, incluso cuando ya surgieron disputas, podrían ser más, pero ambas partes han preferido frenarse.
"No quieres llegar a un panel, ni aquí ni allá. Nosotros podríamos organizar un panel sobre Amazon, por la violación de derechos sindicales [...] Entonces el incentivo de las empresas de allá, y de aquí, es no entrar al panel, porque seguramente lo vas a perder", dijo.
Actualmente, México y EU sostienen dos procesos de disputa abiertos entre gobiernos bajo la letra del T-MEC. Las autoridades mexicanas solicitaron un panel de resolución de controversias por la interpretación que EU hace de las nuevas reglas de origen para el sector automotriz. Los estadounidenses, por su parte, abrieron un proceso de consulta para reclamar a México por su descuido de la vaquita marina.
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