Lo que se esperaba fuera el debate central en Donceles, para analizar la actuación de Ernestina Godoy por el caso de la excuñada del fiscal Alejandro Gertz Manero, en el que se torció la ley para encarcelar a una señora inocente, acabó en bomba de humo.
En lugar de mayoritear esta vez a la oposición para impedir que la fiscal compareciera, Morena aceptó que fuera citada, pero más a delante y sólo ante los integrantes de la Junta de Coordinación Política del Congreso local.
La oposición dejó ir la gran oportunidad de que Ernestina explicara a los ciudadanos el delicado tema en el que está metida, al reabrir una demanda que había sido rechazado dos veces por falta de elementos, y que ella armó de nuevo para ir por dos adultas mayores.
De Morena se entiende perfectamente, pues lo que menos necesitan en estos momentos es hacer más grande el escándalo, pues a la vuelta de la esquina está la Consulta sobre Revocación de Mandato del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Las fracciones opositoras tendrían que haber defendido con todo a las ciudadanas cuyos derechos fueron violentados, sobre todo para garantizar que eso no le vuela ocurrir a nadie.
Porque a pesar de ser exhibida, la fiscal sale a jurar que ya no se fabrican culpables, como antes. Y efectivamente, la fabricación de culpables es una práctica añeja que la 4T juró terminar.
Pero resultó peor, pues ahora las autoridades no solamente fabrican culpables, sino que ya hasta se inventan delitos. Y todo para satisfacer las venganzas personales de la cúpula de la 4T.
Debido a que Ernestina enlodó a la Fiscalía de la Ciudad de México, el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación la exhibió como lo que en realidad es: ni autónoma, ni honesta y totalmente servil al poder.
Y es que en 2015, tras la muerte de su hermano Federico, Alejandro Gertz denunció a su excuñada Laura Morán y a la hija de esta, Alejandra Cuevas, a quienes acusó de haber matado a su hermano al no brindarle los cuidados médicos necesarios.
Primero en 2016 y después en 2017, la demanda fue rechazada por las autoridades judiciales, que decretaron el no ejercicio de la acción penal, por falta de materia. Pero en 2019 —ya con Godoy— se reabrió el caso y un año después la señora Cuevas fue a prisión.
Este asunto tiene un guion aún más terrible que el de la película Presunto Culpable, tan aplaudida en su tiempo por el pejismo, que denunciaba el uso de las instituciones de Justicia del Estado para encarcelar a un inocente.
La 4T no sólo encarceló a una inocente, sino que para ello se basó en un supuesto delito que no existe. Que se inventó y que los jueces, que deben ser garantes de la justicia y que deben conocer el Código Penal, lo utilizaron en la condena.
Y luego de todo el cochinero no hay ninguna sanción y nadie es llamado a cuentas, a pesar de la paliza que la Corte le puso al Poder Judicial de la CDMX.
En lugar de apoyar a las mujeres violentadas, Morena prefirió solapar a Ernestina y esconderla mientras pasaba la tormenta.
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