Rebeca Marín
Durante su participación en el Foro Regional Defendamos nuestros derechos, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde, aseguró que América Latina vive momentos extraordinarios con el avance de la segunda ola de gobiernos progresistas, que comenzó en México, y siguió con los cambios en Argentina, Bolivia, Perú, Honduras, Chile, Colombia y que de continuar así llevarán al periodo en el que más habitantes latinoamericanos serán gobernados simultáneamente por fuerzas progresistas.
Así lo señaló al participar de manera virtual en el Foro Regional Defendamos nuestros derechos, construyamos nuestro futuro, de UNI Global Unión Américas, que aglutina a 600 dirigentes, 124 organizaciones sindicales y secretarios de Estado, provenientes de 24 países, en la ciudad de Fortaleza, Brasil, para analizar lo que implica para los trabajadores el retorno del progresismo en América Latina y la relación del movimiento sindical con los procesos políticos que se están desarrollando este marco.
Y este cambio, agregó, "implica recuperar la dignidad y el valor del trabajo, que el neoliberalismo se empeñó en pulverizar, implica superar la discriminación que sufrimos las mujeres, los jóvenes, los indígenas, las personas con discapacidad, los miembros de la diversidad sexual y, sin duda, también las y los migrantes, implica apostar por un modelo económico que permita realmente ir reduciendo las gigantescas desigualdades y los desequilibrios que se fueron generando".
En México, dijo, se transita a un esquema de protección social universal, un piso mínimo en materia de salud y en materia de ingreso. Así, desde que ganó el movimiento progresista en 2018 inició una nueva política en materia de salarios mínimos que dejó atrás 40 años de una política de contención salarial con la que se perdió el 75% del poder adquisitivo del salario y nos convirtió en uno de los países con los salarios más bajos de la región y el mundo.
Hemos logrado de manera consensada, convenciendo al sector privado y con el apoyo de los sindicatos, una recuperación sostenida para recuperar el 67% del poder adquisitivo del salario mínimo, y ello a pesar de la pandemia, expuso.
Además, desterramos la simulación laboral del outsourcing, este cáncer que se extendió para simular las relaciones laborales y evadir las responsabilidades de las empresas y para desdibujar los derechos de las y los trabajadores. En México se prohibió la subcontratación y en poco más de un año 3 millones de trabajadores fueron reconocidos por sus verdaderos empleadores, tuvieron un incremento promedio de 20% en sus salarios y por primera vez van a acceder al reparto de utilidades.
Venimos de décadas de control sindical, se desdibujó el sindicalismo en nuestro país, no existía la posibilidad de organizarse, así que esta política, que es la más importante quizá en los últimos 100 años, garantiza procesos democráticos, el voto personal, libre, directo y secreto de los trabajadores, y la recuperación de la negociación colectiva como el corazón de las relaciones laborales
Estamos reviviendo el origen que le dio sentido al sindicalismo en nuestro país, y ese proceso ha enfrentado resistencias, pero ha sido un proceso que cada vez más se viene asentando y que está logrando mayores y mejores negociaciones en los últimos años. Prueba de ello es que estamos viendo los máximos históricos de salario promedio registrado en nuestro país y de formalización laboral, al romper el techo de los 21 millones de trabajadores formales, a pesar de la pandemia.
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