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viernes, 1 de julio de 2022

Fwd: La Barriada/Martín Aguilar/Una corcholata por otra


De Palacio Nacional salió la instrucción precisa de reforzar la candidatura presidencial del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.

 

Con esa determinación, el Presidente Andrés Manuel López Obrador deja ver que la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum pasó a segundo término como aspirante a sucederlo.

 

Es claro que Sheinbaum sigue como una de las consentidas, pero también es necesario observar y analizar a fondo las repercusiones de las decisiones del Presidente.

 

Así es como se entiende la designación de César Yáñez Centeno, como subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de Gobernación.

 

En el fondo el nombramiento de Yáñez lleva implícita la instrucción de apuntalar al paisano de López Obrador para 2024.

 

Para nadie es ajeno que César es compañero y amigo de López Obrador desde la época en que el tabasqueño fungió como dirigente nacional del PRD.

 

Yáñez viajó a cuanto lugar visitó López Obrador en sus tres campañas a la Presidencia de la República.

 

Todo ese tiempo, Yáñez Centeno fue su sombra, confidente y cómplice. Tan es así que al triunfo de 2018, le pidió a López Obrador un respiro: dos años que casi llegan a cuatro.

 

Es decir, que en el proceso de designación del gabinete, César le solicitó al Presidente no fungir como vocero, debido a que llevaba 13 años sin saber qué era un fin de semana en familia.

 

Dos años le pidió César al Presidente. Luego vino el escándalo de su boda. Es falso que López Obrador se haya enojado y que por eso lo congeló.

 

"Ni una palabra de reclamo (del Presidente por la boda fifí)", le dijo César a este reportero el 1 de diciembre de 2018 en el salón de plenos del Congreso de la Ciudad de México, en la ceremonia en que Sheinbaum rindió protesta como jefa de gobierno.

 

Lo que sucedió después fueron grillas en su contra procedentes del primer círculo del mandatario, a sabiendas de la cercanía entre ambos.

 

En esa trama de intrigas palaciegas contra César participó el actual vocero Jesús Ramírez y el secretario particular Alejandro Esquer.

 

Claudia Sheinbaum también le dio la espalda pese a que fueron compañeros en el gabinete del tabasqueño como jefe de gobierno.

 

Ahora el panorama ha cambiado. Desde su posición de Subsecretario, César hará lo que realizó hace casi dos décadas con López Obrador: hacer campaña.

 

Está claro hacia donde se han enfocado los intereses futuros del Presidente. Con el movimiento político de ayer, el bueno es Adán. Sheinbaum se ha rezagado. Pasó a segundo plano. 

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