Rebeca Marín
Muchos trabajadores de Petróleos Mexicanos (Pemex) están expuestos a un gran desgaste laboral e incluso a sufrir accidentes, debido a la sobrecarga de trabajo que padecen y a la falta de mecanismos de detección y tratamiento oportuno por parte de las autoridades.
Así lo denunciaron trabajadores y médicos de la empresa productiva del Estado, quienes señalaron que dicha situación ha provocado un aumento de las solicitudes de retiro anticipado, así como pérdida de productividad por los daños físicos y emocionales en los empleados que han llegado al límite del agotamiento extremo o burnout.
Una de las historias que lo demuestran es la de Apolo Martínez Rivera (nombre ficticio que solicitó el trabajador para no ser identificado), quien entró desde muy joven a Pemex y actualmente se desempeña en labores administrativas.
Debido al estrés propio de su trabajo, hace algunos años el hombre comenzó a tener dolores de cabeza muy fuertes, además de desarrollar un estado de irritabilidad constante, insomnio, desmotivación, mayor frecuencia de errores laborales y falta de capacidad para sentirse satisfecho consigo mismo, lo cual él relaciona con el hecho de tener que cumplir frecuentemente con jornadas de más de 12 horas.
"Entras a las 7 AM y a veces sales a la 1 o 2 de la mañana. ¡No hay ser humano que aguante! Hay compañeros que se han infartado, pierden la vista o desarrollan diabetes por estas sobrecargas. Yo, por ejemplo, tengo algunos 'apagones' o 'ausencias', en las que de repente me quedo con la mirada fija, sin parpadear, y pierdo la ilación de lo que estaba diciendo", contó Apolo.
Acompañado de su esposa, quien ha sido testigo de sus dolencias, el trabajador lamentó que los peritajes que realiza Pemex para verificar los daños físicos o sicológicos en sus empleados pueden tardar meses o incluso años en concluir, por lo consideró necesario que las autoridades accedan a bajar la edad de jubilación de quienes enfrentan estas dolencias.
"Entiendo la institucionalidad de los médicos de la empresa, pero parece que minimizan lo que nos pasa. En broma digo que cuando entra una carroza fúnebre a las instalaciones de Pemex, es porque alguien ya se jubiló. Por eso necesitamos estructuras bien definidas para repartir mejor el trabajo", recalcó.
"He recurrido a varios especialistas y me han dicho 'tú ya no puedes seguir. Físicamente te ves bien, pero ya hay un desgaste mental'. Hay muchos otros compañeros que están igual, pero no lo dicen por temor. Estamos fundidos, ya no damos, y algunos han llegado a desarrollar diabetes, males cardiacos o hipertensión. Si nos permitieran irnos inhabilitados sin hacerlo tan difícil, créame que muchos trabajadores podrían tener el valor de decir 'estoy mal'".
"Alguien tiene que sacar la chamba".
Por su parte, Silvia Ramos Luna, secretaria general de la Unión de Técnicos y Profesionistas Petroleros (UNTyPP), coincidió en que casos como el de Apolo no son aislados, pero muchos trabajadores no se atreven a denunciarlo, por miedo a ser despedidos o sufrir alguna otra represalia.
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