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lunes, 29 de agosto de 2022

Fwd: La Barriada/Martín Aguilar/Lo peor está por venir para Sheinbaum

Cuando no es una cosa es otra, pero desde que Claudia Sheinbaum asumió la Jefatura de Gobierno, ha tenido que cargar con los constantes problemas en el Sistema de Transporte Colectivo, que al parecer será su Talón de Aquiles.

 

Su calvario comenzó con la designación de Florencia Serranía como directora del Metro, pues lo que menos hizo la exfuncionaria fue atender la operación del principal medio de comunicación de la capital, que no tardó mucho en colapsar.

 

Si los usuarios se quejaban de las constantes fallas antes de que llegara la 4T, cuando tomó el control el gobierno morenista, el STC se vino abajo. Siguió fallando, pero con el agregado que a los pasajeros les comenzó a invadir el miedo.

 

El tema que abrió la cloaca fue la muerte de una mujer, que sufrió un infarto cerebral, y en lugar de ayudarla o de pedir el apoyo de los servicios médicos fue sacada a la acera y ahí estuvo tirada dos días hasta que murió. Los vigilantes pensaron que se trataba de una indigente.

 

En lugar de que Florencia diera las explicaciones del caso, quien lo hizo fue Sheinbaum, que en conferencia intentó culpar al gobierno anterior de no tener manuales para este tipo de casos. El diputado Jorge Gaviño, exdirector del Metro, le dijo en qué cajón encontrarlos.

 

El deterioro siguió con las múltiples fallas de las escaleras eléctricas en las líneas subterráneas, que primero fueron negadas, pero las tuvieron que aceptar luego de que los usuarios subieron videos de gente con discapacidad que tenía que ser cargada por los pasajeros.

 

Nada se hizo entonces –incluso a la fecha hay varias sin funcionar–, y eso provocó incluso que una madre y su hija cayeran ante una falla repentina, y resultaran heridas.

 

Ni qué decir del alcance entre trenes que se dio en la Línea 1 del Metro, lo que ocasionó la muerte de un pasajero.

 

La cereza del pastel fue la tragedia del 3 de mayo de 2021, con la caída de un tramo de la Línea 12 del Metro, cuyas causas siguen en litigio.

 

Cuando se pensaba que la gente ya se había acostumbrado a las continuas interrupciones de servicio y hasta incendios en los vagones, se presenta esta semana la muerte de un jefe de estación, arrollado por un tren al bajarse a las vías a atender una falla.

 

Lo que mencionan los propios trabajadores del Metro es que el sistema de comunicación entre el centro de mando y los trenes no funcionó, y nadie avisó a los conductores que uno de sus compañeros estaba en las vías atendiendo una falla. El problema es que nuevamente se perdió una vida y el sistema de transporte no parece mejorar. Si bien había un rezago en la modernización de las líneas, al menos antes se le daba, aunque fuera, un mantenimiento básico.

 

A la actual administración ya se le acabó el discurso de que la culpa la tienen los de antes, pues este gobierno ya va para su cuarto año y nomás no le halla.

 

Las líneas del Metro son las venas de la ciudad, y estas tragedias se puede convertir en la tumba de los morenos.

 

Por lo pronto a Claudia le están saliendo canas verdes. 


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