La Barriada/Martín Aguilar/Ebrard y Monreal, de los dos no se hace uno

Tras la elección de la dirigencia de Morena, que operará las candidaturas de 2024, queda claro que tanto Marcelo Ebrard como Ricardo Monreal tienen los dos pies fuera del partido, pues ninguno de los dos obtuvo algo en el Consejo Nacional del sábado.

 

Y es que mientras el canciller asistía a los funerales de la reina Isabel, en la capital del país los radicales de la 4T enterraban las aspiraciones presidenciales de quien fuera jefe de Gobierno del DF entre 2006 y 2012.

 

Aunque quiera aparentar que no pasa nada en su relación con el Presidente, Ebrard tiene claro que no será el elegido, a pesar de haberse bajado de la candidatura del PRD en 2012 para que Andrés Manuel López Obrador la obtuviera, con la idea de que la siguiente sería para él.

 

El canciller ha intensificado su promoción en redes sociales y encargó una operación territorial en el país al eterno perdedor Jesús Valdés, que ni cuando Ebrard era gobernante y le puso en bandeja todos los recursos del DF, pudo con el paquete.

 

Todo el mundo recuerda que Marcelo buscó formar su propia corriente dentro del PRD para desplazar a los caciques locales en los 40 distritos electorales capitalinos de entonces, con Valdés a la cabeza.

 

A esa operación, copeteada con mucha lana y colaboradores del gabinete, se le conoció como Los 40 Principales.

 

El resultado fue que las tribus aplastaron al jefe de Gobierno, que incluso tuvo que dejar el sol azteca.

 

Hoy que busca la Presidencia, Ebrard recurre una vez más al mismo Jesús Valdés y todo el mundo sabe lo que le espera.

 

Pero el canciller, al igual que el Tata Martino con Rogelio Funes Mori en el Tri, se aferra a quien nunca entrega buenos resultados.

 

Su cosecha de congresistas para armar el Consejo Nacional de Morena fue tan raquítica, que no le alcanzó para alguna posición en ese órgano.

 

Pero si Ebrard anda atendiendo funerales, el que de plano ya huele a muerto al interior de Morena es Monreal, que tampoco obtuvo suficientes congresistas, por lo que sólo resta saber la fecha exacta en que oficialmente se va.

 

Y quizá su salida sea más rápida de lo que muchos creen, pues hoy tiene que operar la votación en el Senado para ratificar la permanencia de la Guardia Nacional bajo el mando militar hasta 2028.

 

En primer lugar, él mismo ha manifestado estar en desacuerdo con la iniciativa de Palacio Nacional, pues afirma que esa medida sería inconstitucional.

 

Y si él mismo no apoya la propuesta, cómo le hará para convencer a los partidos de oposición, incluso a los de casa, que apoyen una ilegalidad.

 

Habrá que estar muy atentos a cómo vota hoy el propio Monreal. Si lo hace en contra, estará traicionando a la 4T; si lo hace a favor, estaría traicionando a sí mismo.

 

Por eso el canciller y el líder del Senado van a ahuecar el ala en busca de mejores horizontes, mientras en Morena, con los radicales del partido al frente, se afianza la única pura de las corcholatas, pues Claudia Sheinbaum jamás ha militado en el PRI. 


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