Es "probable" que el próximo año haya más impagos de deuda soberana entre los pequeños países de los mercados emergentes, dijo el lunes la agencia de calificación Fitch en su perspectiva para 2023, citando la posibilidad de que se produzcan saltos repentinos en los costos de los préstamos, la pérdida de acceso a los mercados y las necesidades urgentes de financiación.
Decenas de países emergentes, sobre todo los más pequeños y de mayor riesgo, denominados mercados fronterizos, vieron cómo sus costos de endeudamiento se dispararon hasta niveles inasequibles en 2022, ya que la Reserva Federal de Estados Unidos se embarcó en un ciclo de alzas de tasas de interés en un esfuerzo por contener la creciente inflación tras la invasión rusa de Ucrania y los confinamientos por el covid-19 en China.
Sri Lanka dejó de pagar su deuda a principios de año, mientras que países como Egipto, Túnez y Ghana pidieron ayuda al Fondo Monetario Internacional.
"El acceso al mercado internacional de bonos seguirá siendo un reto para los mercados emergentes pequeños y fronterizos, y es probable que se produzcan más impagos", indicó el informe de Fitch. "Al igual que en 2022, habrá casos de desafíos de financiación más urgentes en los mercados emergentes pequeños y fronterizos", advirtió.
Una mayor proporción de mercados emergentes tenía una perspectiva de calificación crediticia positiva en comparación con los mercados desarrollados por primera vez desde 2018, dijo Fitch.
No obstante, 2022 fue el segundo peor año para las rebajas de calificación de los mercados emergentes, explicó la agencia en un comunicado que acompaña al informe.
"Los riesgos geopolíticos siguen altos. Todavía no hay un camino claro hacia la reconciliación para Rusia y Ucrania, y de manera similar para las relaciones entre China y Estados Unidos", abundó. "Las cadenas de suministro de bienes comercializados transmiten efectivamente los riesgos y las consecuencias de estos conflictos a nivel mundial".
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