Un día después de que Martí Batres asegurara que fueron entre 10 mil y 12 mil personas, el propio Presidente lo desmintió, calculando alrededor de 70 mil.
Después, Claudia Sheinbaum aceptó en conferencia que su secretario de Gobierno se había equivocado en el cálculo. Y para rematar, ayer la coordinadora de Morena en el Congreso de la CDMX, Martha Ávila, señaló en tribuna que fueron 60 mil.
A pesar de eso, la morenista Valentina Batres reiteró ante el pleno que la multitudinaria marcha del domingo no había rebasado los 12 mil, tal como aseguró su hermano.
Por cierto, al hacer el anuncio dominical, Martí subió a sus redes una foto en la que se aprecia un teléfono gris sobre el escritorio, bloqueado por una cinta que dice con letras rojas: "No Ocupar". ¿O sea que le sirve de ornato para tomarse fotos?
Y para seguir regando el tepache, Valentina dijo a los panistas que no significaba nada el número de personas en una marcha, sino el número de ideas que lleven. Aguas, porque el argumento presidencial es que la marcha fracasó porque apenas llenaría la mitad del Zócalo.
Mientras, el Presidente sí cree que el número es lo que cuenta, incluso anunció que en diez días se verá lo que es una convocatoria, pues prevé llenar la icónica plancha para dar uno más de sus informe; para la diputada no significa nada.
Aunque lo preocupante para los ciudadanos debería ser que Valentina, que al parecer no sabe contar bien, presida la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública del Congreso, que entre otras cosas revisará el gasto de la CDMX para 2023.
Si calcula los pesos como lo hace con las marchas, que se agarren los capitalinos porque seguro la lana no llegará completa, sobre todo a las alcaldías de oposición. Aunque los maloras descartan problemas, pues dicen que cuando se trata de cash, Morena no falla.
El tema generó un intenso debate en el que las panistas Luisa Gutiérrez y Ana Villagrán pusieron contra la pared a los morenos. Incluso, ésta última dijo que la 4T busca elegir a los consejeros del INE mediante asambleas patito, como en las que eligen a sus candidatos.
La sesión fue tan divertida que hasta su compañero Aníbal Cañez se dio el lujo de poner en su lugar al presidente de la Mesa Directiva, quien intentó apurar de forma grosera a Villagrán cuando hacía una pregunta.
El joven panista dijo a Fausto Zamorano, militar en retiro, que no estaba en el cuartel como para hablarle así a sus compañeras. Los morenos se desgarraron las vestiduras calificando de irrespetuosos a los azulitos.
Como si la 4T fuera ejemplo de civilización.
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