Rebeca Marín
Los servicios de salud pública del gobierno capitalino deben otorgar acompañamiento psicológico al menos durante tres meses, a quienes sean atendidas en el servicio de interrupción legal del embarazo, promueve mediante una iniciativa la integrante de la bancada del PRI en el Congreso de la Ciudad de México, Maxta Iraís González Carrillo.
Su propuesta dirigida a hacer cambios a la Ley de Salud capitalina, la fundamentó ante el hecho de que el 19 por ciento de las mujeres que deciden no continuar con su embarazo sufren del síndrome post aborto.
Detalló que se trata de una vivencia profunda y real que es experimentada cuando se provoca el irrumpir el proceso de gestación, causado generalmente por una presión social que impone miedo y amenaza con la pérdida de aprobación y aceptación de la persona y su valía.
La congresista priísta presentó una iniciativa para adicionar un párrafo quinto al artículo 67 de la Ley de Salud de la Ciudad de México.
Para fundamentarla, citó un texto de la Universidad Panamericana en el que se establece que síndrome post aborto provoca con frecuencia "profunda tristeza parecida a la depresión, ansiedad, inseguridad, autoestima devaluada, vacío existencial, autocastigo y nula capacidad de amar".
Asimismo la representante popular por el Revolucionario Institucional, sostuvo que resulta fundamental que aquellas mujeres que lo hayan decidido, posterior a que hayan interrumpido su embarazo, puedan tener durante un tiempo acompañamiento psicológico para ayudarles a superar los efectos secundarios que pudieran tener.
En la propuesta legislativa turnada para su análisis y dictamen a la Comisión de salud, González Carrillo se mostró a favor de que en el artículo 67 de la Ley de Salud capitalina, se asiente que "las personas usuarias atendidas en el servicio de interrupción legal del embarazo deberán recibir acompañamiento psicológico al menos durante tres meses por parte de los Servicios de Salud Pública de la Ciudad de México".
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