Rebeca Marín
El aumento en los precios de los servicios, así como el alza de las tarifas eléctricas y del agua, además de los alimentos procesados, que se actualizan al inicio de cada año, aceleraron la inflación general anual en México durante la primera mitad de enero a su mayor tasa para un periodo similar desde 2001.
Los precios al consumidor aumentaron a 7.94 por ciento en la primera quincena de enero, desde 7.86 por ciento anual en la quincena previa, para ser la mayor variación anual desde los primeros 15 días de enero de 2001, cuando subió 8.37 por ciento.
La variación estacional de principios de año llevó a que la inflación quincenal al consumidor fuera de 0.46 por ciento en la primera quincena de enero respecto a la quincena previa, ubicándose muy por encima de la estimada por analistas, que esperaban 0.39 por ciento.
De acuerdo con datos del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), la inflación quincenal de servicios pasó de 5.17 anual en la segunda quincena de diciembre a 5.47 por ciento en la primera mitad de enero, su nivel más alto en dos décadas.
Por su parte, la electricidad y el suministro de agua reportaron una aumento anual de 7.35 y 8.97 por ciento en la primera quincena de enero, respectivamente. Los alimentos procesados, como refrescos, mayonesas, papas fritas y gelatina en polvo, aumentaron 12.05, 23.09, 15.29 y 10.21 por ciento, en ese orden.
Los energéticos pasaron de 2.63 a 2.79 por ciento y las tarifas autorizadas por el gobierno de 5.50 a 5.57 por ciento anual de la segunda quincena de diciembre a la primera de enero.
"Los datos de inflación no representan buenas noticias. A pesar de que es normal observar ciertas presiones a principios del año, las variaciones continúan lejos de sus promedios históricos y se situaron notablemente por arriba de las observadas hace un año. Creemos que más que un repunte regular de enero, estas lecturas implican un retroceso, toda vez que sugieren que la persistencia de la inflación jugará un papel más importante a partir de ahora", señaló Jessica Roldán, directora de análisis económico de Finamex.
"Los datos de inflación de la primera quincena de enero mostraron incrementos de nuevo (…) los precios de los servicios (no comerciables) aumentaron a 5.47 por ciento. Esto significa presión interna, posiblemente derivada de aumentos en los costos laborales. Todavía tenemos mucho de qué preocuparnos", afirmó Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México.
La inflación anual subyacente –que excluye de su medición los productos de alta volatilidad de precios, como son los energéticos y los agropecuarios– repuntó a 8.45 por ciento, tras tres quincenas de descensos y es la mayor desde 2000 (13.36 por ciento). Asimismo, sumó 45 quincenas por arriba del límite superior objetivo del banco central.
En tanto, la no subyacente, que incluye agropecuarios y energéticos, fue de 0.51 por ciento quincenal, con lo que la anual bajó de 6.46 a 6.44 por ciento de la segunda quincena de diciembre a la primera de enero. El descenso de la inflación anual en el rubro de agropecuarios explicó la desaceleración.
Por su parte, Alfredo Coutiño, director general de Moody's Analytics, alertó que "el hecho de que en la primera quincena de enero los precios del índice general y subyacente hayan crecido confirma que la inercia inflacionaria no ha perdido fuerza y sigue presionando al alza. Esta presión inflacionaria sucede aun con un aumento salarial menor al que se dio el año pasado (20 contra 22 por ciento). La realineación continúa vigente tanto en precios y tarifas públicas como en privados".
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