"A la primera manifestación de 100 mil personas y que yo vea que en las encuestas ya no tengo apoyo, a Palenque, Chiapas, ni siquiera espero la revocación de mandato", dijo aquella ocasión.
A los pocos días la organización Frena juntó 150 mil personas en el Zócalo. Y nada. Las autoridades federales dijeron que asistieron 18 mil.
El 13 de noviembre de 2022, la marcha en defensa del INE minimizada por López Obrador, Claudia Sheinbaum y Martí Batres, fue estimada en 850 mil asistentes.
López Obrador incumplió su promesa de renunciar si había una movilización en su contra por más 100 mil personas.
Este domingo 26 de febrero, defensores del INE, organizaciones de la sociedad civil, intelectuales, políticos de oposición y empresarios, estimaron en 500 mil los asistentes.
Minutos antes de las 11 de la mañana, los accesos al Zócalo estaban al tope. Ya no pudieron ingresar.
Una ola rosa y blanca colmó la histórica plaza, movilización que a todas luces se tradujo en rechazo al actual gobierno.
Dos únicos oradores exhibieron el talante antidemocrático del presidente y su obsesión por destruir al árbitro electoral.
La periodista Beatriz Pages dijo contundente que hoy los partidos políticos resisten los embates del autoritarismo galopante, insaciable que chantajea a legisladores para destruir al INE.
En el 24 -clamó- abramos con nuestro voto las llaves y la puerta de la esperanza y la libertad. "No aceptamos el odio por consigna (…), volvamos a tejer los hilos de la unidad nacional".
Luego, el ministro en retiro de la Suprema Corte, José Ramón Cossío se mostró seguro de que los ministros considerarán que las irregularidades del Plan B tienen un "serio potencial invalidatorio".
"No veo, cómo los ministros podrían declarar la constitucionalidad de las reformas legales que de manera tan lamentable han disminuido los derechos políticos de las mujeres", afirmó.
Cossío afirmó que, hasta ahora, los ministros sólo han escuchado las palabras ofensivas del presidente y sus seguidores. "Aquí queremos hablarles con el lenguaje de la confianza y respeto".
Prácticamente dio por hecho que el máximo tribunal del país determinará la inconstitucionalidad de las leyes aprobadas para el apoderamiento de las instituciones electorales.
Así concluyó la marcha en defensa del INE y del voto. Una movilización que superó con creces el lugar.
La concentración contra el Plan B electoral fue un claro referéndum a la administración obradorista.
Fue una expresión de descontento con palabras distintas a las usadas para dividir y polarizar la sociedad.
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