A pesar de las triquiñuelas empleadas por la 4T para boicotear la concentración del domingo pasado en el Zócalo, donde miles de ciudadanos colmaron la gran plaza para protestar contra los ataques del gobierno federal al INE.
La ola rosa de ciudadanos sepultó las tibias acciones que Morena intentó hacer para desacreditar la multitudinaria manifestación, como haber instalado una gigantesca manta en la sede del Congreso de la CDMX con el rostro de Genaro García Luna enmarcado en colores del PAN.
¿Qué carajos tiene que ver García Luna con la defensa que la sociedad civil hace del Instituto Nacional Electoral, a fin de que se mantenga autónomo y no sea desmantelado por el gobierno de la 4T?
Ya han pasado 17 años desde que Felipe Calderón les ganó el gobierno y los morenos no lo superan. Lo traen tatuado en la cabeza porque en 2006 se impuso en las elecciones que impidieron a Andrés Manuel López Obrador llegar a la Presidencia de la República.
No le han podido dar la vuelta a la página y lo agarran como bandera para justificar los malos resultados de sus gobiernos, dejando incólume al priista Enrique Peña Nieto, a quien desde campaña señalan como corrupto y por eso ganaron; a él no lo tocan.
Morena y sus dirigentes se atrevieron a descalificar una vez más a los ciudadanos que se manifestaron en favor del INE, diciendo que eran acarreados y que defienden los privilegios que perdieron en 2018.
¿En serio vieron eso en la marcha? ¿Acaso se detectaron autobuses y micros acarreando gente, pasando lista, repartiendo tortas y dando billetes? Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y, por cierto, ¿qué explicación darán las Fuerzas Armadas, que ayer no izaron la Bandera Nacional como cada día lo hacen para rendirle honores en el Zócalo?
Lo mejor que hubiera podido hacer la 4T era callarse y cuidar que todo saliera bien, para que al menos no los acusaran de antidemocráticos por intentar boicotear, pues era obvio que la plancha se iba a llenar.
Deberían entender que, amén de todo, hay una verdadera molestia en amplios sectores de la población, pues es natural que los ciudadanos protesten contra los malos gobiernos. Siempre lo han hecho con los que detentan el poder y no cumplen.
Lo único que Morena logró con ello fue hacer enojar más a quienes no los quieren y darle mayor difusión a la protesta que, por cierto, no fue sólo en el Zócalo, sino en varias ciudades del país e incluso del extranjero.
Y eso de haber amurallado el Palacio Nacional, como si las personas fueran vándalos que dañaran el inmueble los hace ver aún peor, pues se miran al espejo; el león cree que todos son de su condición.
La marcha fue nutrida y pacífica; se armó una ola rosa que opacó cualquier intento guinda de afectar, lo cual genera expectativas en la población, pues una vez más quedó claro que el gobierno no es invencible y que se le puede ganar.
Por cierto, ¿ayer no encargaría a Martí Batres contar a los manifestantes?
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