Conforme pasan los días, son más fuertes los vientos que amenazan fracturar a Morena y al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
En el ambiente político eso es lo que se transpira. El hecho de que todo gire en torno a un personaje no es garantía de democracia.
Pero, además, está comprobado que López Obrador no cumple los acuerdos ni a los que considera sus "hermanos".
Por ejemplo, en 2012, el hoy canciller Marcelo Ebrard lo superó en las encuestas como aspirante a la Presidencia de la República.
Sin embargo, López Obrador entró en pánico y amagó con postularse solo por el PT si no lo apoyaban en el PRD.
A cambio le prometió a Marcelo que la siguiente candidatura sería para él. Pero eso no sucedió. ¿Le cumplirá esta ocasión?
Ebrard está confiado en que el Presidente le dará la candidatura, porque dijo que es el equipo de Claudia Sheinbaum el que filtra que ella será la elegida.
Marcelo debiera aprender de los pasados procesos políticos y de su propia experiencia.
En 1994 también perdió la oportunidad de alcanzar la Presidencia con Manuel Camacho Solís, cuando Carlos Salinas lo hizo a un lado.
De nueva cuenta vuelve a confiar en López Obrador, aunque todas las señales, acciones, análisis y actuaciones del Presidente se inclinen hacia Sheinbaum.
Otro ejemplo de que López no cumple acuerdos, es la traición a Ricardo Monreal el negarle la candidatura a la jefatura de gobierno en 2018.
El oriundo de Tabasco se la prometió a cambio de que le ayudara como alcalde de Cuauhtémoc, cosa que Monreal le cumplió.
Pero la beneficiada resultó ser Sheinbaum. Y todo apunta a que esa ruta es la que seguirá el mandatario federal.
Es demasiado predecible el Presidente como para que Marcelo crea que actuará a su favor. Eso es más que evidente.
¿Qué espera Marcelo? ¿Qué López Obrador lo vuelva a traicionar? ¿Renunciará al gabinete y se postulará por otro partido?
Esto no lo tiene previsto al menos públicamente como lo manifestó el lunes durante la presentación de su libro, evento con sabor a arranque de campaña en el Palacio de Minería.
Y nadie en su sano juicio piensa que el Ejecutivo le cumplirá la promesa a Monreal de hacerlo candidato a jefe de gobierno.
Los hechos y las circunstancias apuntan a otra mujer en el lugar prometido a Monreal, quien prefirió no exponerse al escarnio durante la concentración del 18 de marzo en el Zócalo.
De este breve análisis se desprende el perfil nada confiable de López Obrador. Y eso se convierte en traición cuando se trata de políticos que han dado la cara por él.
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