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viernes, 24 de marzo de 2023

La Barriada/Martín Aguilar/Se les hace agua la canoa

Recién iniciado el sexenio, la Inteligencia del gobierno federal hizo llegar una tarjeta a la sede del Antiguo Ayuntamiento alertando a las autoridades locales sobre los principales riesgos a los que deberían poner especial atención.

 

Los informes destacaban dos temas primordiales, además de la seguridad: el riesgo de accidentes en el Metro y el problema del agua; si no se atendían, podrían recrudecerse y convertirse en el talón de Aquiles de la administración entrante.

 

Nadie sabe si las alertas se tomaron en serio, pero, al paso del tiempo, se comprobó que estaban en lo cierto, pues incluso en 2021 el Metro se convirtió en una derrota política para Morena, cuyo gobierno fue reprobado y perdió más de la mitad de la ciudad.

 

El próximo tres de mayo se cumplen dos años de la tragedia en la Línea 12, que enlutó a 26 hogares y dejó decenas de personas lesionadas por el desplome de un tren. Ahí comenzó el calvario del gobierno con el Metro que, como se lo advirtieron, ha sido en un dolor de cabeza.

 

El segundo adagio de la Inteligencia nacional estalla ahora con una inminente crisis, y es el peligro de sequía que se cierne sobre la ciudad. Parece que ahora sí la jefa de Gobierno se quiere poner las pilas y, por lo pronto, está llamando a todos los sectores a que le ayuden.

 

Primero fue con los empresarios, con los que acordó una redistribución del vital líquido para que lo cedieran al consumo doméstico, pero es insuficiente. Los reportes afirman que los niveles de los mantos freáticos que surten a la CDMX están peor que nunca y que viene un calor infernal.

 

El asunto es tan grave, que incluso muchos ven el riesgo de que la capital registre una crisis de agua similar a la que se vivió el año pasado en Monterrey, y la gobernante no quiere cargar sola con el problema; afectaría su imagen rumbo a la gran encuesta.

 

Por eso decidió convocar al Cabildo de la Ciudad de México, integrado por ella y los 16 alcaldes capitalinos, para tratar el tema y repartirse los costos políticos.

 

Y qué bueno que lo haga, pues es el órgano en el que se deberían dirimir las principales problemáticas que afectan a la capital, pero que lleva varios meses paralizado por los enfrentamientos entre el gobierno capitalino y la oposición.

 

El pelo en la sopa en este tema es que, en lugar de tomar las riendas por completo, le encargaron la convocatoria al secretario de Gobierno, Martí Batres, quien está peleado hasta con el espejo, pues de plano no tiene comunicación con la mayoría de los alcaldes de la UNA.

 

Los gobiernos de oposición estuvieron pidiendo a gritos una reunión de Cabildo y la jefa de Gobierno les aplicó la de "ni los veo ni los oigo…", hasta que los necesitó; no quiere cargar sola con la crisis del agua, pues, de lo contrario, sería su tumba política.

 

La cosa es ver si los alcaldes aceptan la invitación, sobre todo Sandra Cuevas, Santiago Taboada y Lía Limón, por ejemplo, con quienes ha tenido intercambios verbales que han llegado a una confrontación abierta. 


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