En busca de que la definición del candidato a la Presidencia de la República no termine en crisis, las corcholatas de Morena se reunieron hace poco en privado para ver cómo la van a jugar, a fin de no acabar en pedacitos luego del proceso interno.
Dicen que en esa reunión se tiraron netas y que, incluso, Claudia Sheinbaum reconoció que había operado contra Ricardo Monreal, pero que estaba dispuesta a dejarlo pasar en la Ciudad de México si se olvidaba de Palacio Nacional.
Comentan que la propuesta fue secundada por Adán Augusto López e incluso por Marcelo Ebrard, para que la candidatura presidencial se decidiera sólo entre tres y que el líder del Senado tuviera vía libre para la Jefatura de Gobierno, algo de lo que se ha hablado mucho.
Al zacatecano no le hizo gracia, pues, a final de cuentas, quien debe decidir su futuro político es él, no sus colegas. Les advirtió que pelearía hasta el final por la Presidencia, aunque se le oye cada vez menos convencido.
Si bien Monreal ha dicho hasta el cansancio que no cambiará sus aspiraciones presidenciales para gobernar la CDMX, la verdad es que ya pocos creen ese discurso y hasta en su equipo aseguran que acabará aceptando.
Basta ver su creciente activismo en la capital de la República, donde ha empezado a recorrer alcaldías, como el evento del fin de semana en Tláhuac, uno de los bastiones de Sheinbaum.
Ahí se pudo ver que la jefa de Gobierno no sólo está cumpliendo el pacto de no agresión, sino que incluso dejó que Rigoberto Salgado —cacique de la región que opera para ella— le diera todas las facilidades al de Zacatecas y que le llevara algunas personas para su evento.
A pesar de ello, en su discurso, el senador dijo que a la posición política que gane con su equipo en 2024 llegará sin deberle nada a nadie. Incluso no se contuvo para criticar la grave inseguridad que se vive en esa zona, controlada, precisamente, por Salgado.
En estos momentos ni el propio team del zacatecano sabe a qué están jugando, lo cual ha llevado a la desesperación a más de uno, porque en los territorios los líderes preguntan y no saben qué responder.
Y como para marearlos más, Alejandro Rojas Díaz Durán, su suplente en el Senado y operador en el país, a nombre del Ala Democrática de Morena, le exigió no catafixiar la candidatura presidencial por otra; no declinar por nadie y no participar en las encuestas patito de su partido.
También lo llamó a "combatir la imposición" y a ir por la Presidencia de México; Alejandro no lo habría dicho sin el visto bueno de su jefe. Ese tipo de acciones suenan aún más contradictorias, pues hasta sus más fíeles seguidores tienen claro que por Morena no tienen el menor chance de suceder a Andrés Manuel López Obrador el año entrante… a menos que sea por otro partido o coalición.
Mientras se definen, al menos Claudia y Ricardo acordaron una tregua.
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