La Barriada/Martín Aguilar/Nada para nadie

Después de sus recientes discursos en San Lázaro, más de uno sospecha que, durante su exilio en Canadá, algún chip se le pudo haber desconectado al diputado morenista Alejandro El Chino " Robles.

 

Nacido en el PRD, concretamente en el equipo de Mauricio Toledo, El Chino —como se le conocía en Donceles—, tuvo que huir en 2016 a Vancouver, pues fue acusado de asalto a una sede del partido.

 

Claro que todo era una chicanada preparada por Toledo, en complicidad con funcionarios del entonces jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera. No es que Mancera se haya prestado, sino que fue en su tiempo.

 

El ex delegado en Coyoacán —hoy refugiado en Chile— arremetió contra Robles porque se le rebeló luego de que no fuera elegido para sucederlo como delegado en 2015, cargo que le dio a Valentín Maldonado.

 

Además de decidirse por Valentín, Toledo quería que Robles le siguiera dando el cheque que recibía mensualmente en la ALDF. El propio diputado se quejaba de que tenía que endosarlo a nombre de la madre de su jefe.

 

El también conocido como Tomatito Cherry amenazó con dejar la huerta y eso no le gustó a Toledo, quien lo acusó de haber entrado a robar a un módulo del PRD en Coyoacán, donde supuestamente sustrajo un par de computadoras.

 

No había pruebas de la acusación, sencillamente porque no era cierta, pero Toledo tenía conexiones y logró que la Procuraduría de Justicia del DF abriera una carpeta contra Alejandro, quien tuvo que hacerse humo.

 

Como le dijeron que la acusación iba en serio y que Toledo se negaba a apaciguarse, El Chino huyó a Canadá para evitar la cárcel y ahí se quedó en espera de que las aguas se calmaran.

 

Aunque en 2018 ya había ganado Morena, Toledo había obtenido una diputación federal y se ofreció a la 4T, que necesitaba amarrar la mayoría calificada para aprobar las reformas que el Presidente necesitaba.

 

Pasó la primera mitad de la administración pejista y para 2021 El Chino ganó una diputación federal por Morena, con lo cual quedaba definitivamente protegido; Toledo ya era investigado por la Fiscalía de la CDMX por corrupción y lavado de dinero.

 

El ahora refugiado chileno fue electo de nuevo diputado federal, ahora por el PT, pero ya no tuvo tiempo de rendir protesta, pues había una orden de aprehensión y mejor huyó.

 

Y es que a Mauricio no le perdonaron que durante la campaña por la Jefatura de Gobierno armara una lluvia de huevos y sillazos en un mitin de Claudia Sheinbaum en Coyoacán; no será su fuerte la venganza, pero la doctora lo quiere en la cárcel.

 

Si Toledo hubiera rendido protesta, él y El Chino serían actualmente diputados federales y se tendrían que ver las caras en San Lázaro, pero el destino no lo quiso así.

 

Parece que Robles tuvo al final su revancha, pero algo en su cabeza cambió, pues propone cosas tan locuaces como obradorizar el Poder Judicial. Ya hasta anunció una Ley Para Proteger las Obras Estratégicas del Estado Mexicano.

 

Ya lo perdimos. 


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