Fwd: La Barriada/Martín Aguilar/A cinco años de lo peor pesadilla

En esta ocasión no retó a la oposición ni a la sociedad civil a llenar la Plaza de la Constitución. Sabe el resultado.

 

Pero si habilitó el templete para convertir el evento en un mitin de arengas a su gobierno y ataques a la oposición.

 

Hizo cuentas alegres. Ubicó a la 4T como mucho mejor gobierno que los anteriores, con datos y cifras increíbles.

 

Por ejemplo, dijo que se ha mejorado el poder adquisitivo de las familias, no ha aumentado el precio de la gasolina y la luz; tampoco los impuestos.

 

Lo que provocó primero burla y después ofensa, fue que "hay obreros que están ganando hasta 60 mil pesos al mes". No dijo en qué país.

 

Sin fundamento ni datos reales, el presidente aseguró que la economía "ha crecido más de 3% anual".

 

La queja generalizada es que no hay medicamentos, pero en los datos de López Obrador, el abasto es del 96% en 11 estados donde se federalizó el sistema de salud.

 

De nuevo reiteró su promesa incumplida: "Antes de que termine mi mandato, el sistema de salud pública va a ser de los mejores del mundo".

 

Lo más irreal es que en su informe, aseguró que los homicidios se han reducido en 17%, cuando su gobierno ya superó al total de homicidios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

 

Los datos reales son los siguientes: en 55 meses de mandato, el Presidente ha pronunciado más de 100 mil mentiras.

 

Se han registrado más de 160 mil muertes violentas, 50 mil desaparecidos y más de 70 periodistas asesinados.

 

El saldo de la pandemia de Covid oscila en los 800 mil muertos, el 30% del territorio nacional está bajo control del narcotráfico y en el 81% hay presencia de bandas criminales.

 

López Obrador permitió que Estados Unidos inundara el país de migrantes, con tragedias como los calcinados de Ciudad Juárez.

 

Militarizó todo el país; hay masacres, ejecuciones, corrupción, desempleo y una carestía imparable, aunque para él le realidad es otra.

 

Al inicio de su discurso, el presidente dijo que su gobierno se regía "bajo el principio de atender y respetar a todos".

 

Pero el mensaje más importante que pronunció el sábado, fue una cascada de descalificaciones y ataques a la oposición.

 

La oposición –aseguró- es conservadora y obcecada, apoyada por traficantes de influencias y políticos corruptos del antiguo régimen.

 

Sumó a "abogados marrulleros", "intelectuales acomodaticios y periodistas alquilados o vendidos".

 

Ese es el Presidente que compra el aplauso con tortas y dádivas, que lo mejor que sabe hacer es llenar el Zócalo para alimentar su popularidad, con recursos públicos. 


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