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miércoles, 27 de septiembre de 2023

La Barriada/Martín Aguilar/ De Tín Marín De Do Pingüe

El ex canciller Marcelo Ebrard mantiene la expectativa de aparecer en la boleta electoral para el próximo año.

 

Pero queda la duda si todavía tiene oportunidad en Morena o Movimiento Ciudadano; donde éste nombrará candidato en enero de 2024.

 

Los escenarios que se manejan en las altas esferas del poder, distan mucho de un ambiente terso para Claudia Sheinbaum, la preferida de Andrés Manuel López Obrador.

 

El hecho concreto es que Ebrard no ha renunciado a Morena. Es uno de sus fundadores y por tanto posee influencia entre un nutrido grupo de legisladores.

 

Marcelo está inconforme por falta de piso parejo y el excesivo gasto de Sheinbaum en anuncios espectaculares, bardas y transporte público.

 

Pero sigue en Morena. ¿Qué espera entonces? ¿Qué López Obrador cambie de parecer? ¿Algo adicional le habrá prometido?

 

¿O bien que el Instituto Nacional Electoral (INE) sancione a Sheinbaum por los tiempos anticipados de campaña y el abrumador gasto?

 

Nada de lo anterior es aventurado. Todo puede suceder. Todavía no inician las precampañas y menos la campaña formal.

 

El trayecto está lleno de escollos. Eso lo sabe de sobra López Obrador, al fin de cuentas un animal político, aunque ineficaz gobernante.

 

Lo anterior permite vislumbrar que frente a cualquier imponderable, contemple un plan B. Muchos piensan que puede ser Adán Augusto López.

 

¿Pero y si en esa coyuntura entra Ebrard? Sun Tzu, escribió: "Todo el arte de la guerra se basa en el engaño".

 

"Por lo tanto, aunque seas capaz, aparenta incompetencia; si eres activo, demuestra pasividad. Cuando estés cerca, aparenta que estás lejos, cuando estás lejos, que estás cerca", refirió Sun Tzu.

 

Marcelo sabe de ese tipo de estrategias desde joven. De hecho, en Washington, tienen preferencias hacia el ex canciller para que sea el candidato oficial.

 

Con seguridad en su impugnación, Marcelo estará atacando el punto débil de Sheimbaum: el excesivo gasto en precampaña por 32 millones de pesos, según documentó Latinus.

 

Pero algunos análisis y expertos, vislumbran un gasto de 100 millones de pesos en anuncios espectaculares, es decir, 26 veces más que los 3 millones de pesos que puso como tope Morena.

 

Más allá de lo que pudiera considerar Marcelo, es sabido que Adán Augusto lleva preferencia en cuanto a afectos, por el simple hecho de ser amigo y paisano del Presidente.

 

La disyuntiva radica en quién de los dos podría ser el Plan B, frente a una posible inhabilitación de la candidatura de Sheinbaum. 


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