La efervescencia política hace que aspirantes con negativos por doquier, piensen que pueden ser candidatos por su popularidad fincada en la polémica y erráticas decisiones.
Ejemplos sobran, y de ello el mundo digital –principalmente- está atiborrado de expresiones contradictorias, posicionamientos sin sentido, desconocimiento de la ley y sus consecuencias.
Un caso particular es el del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, responsable del combate a la pandemia de Covid.
Su fallida estrategia le hizo ganar el apodo del "Doctor Muerte", y con todas las consecuencias de la pandemia, ha levantado la mano como aspirante a la jefatura de gobierno, con el aval del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
López-Gatell tiene una seria acusación de parte de uno de los abogados de larga trayectoria en el mundillo de la política: Javier Coello Trejo.
Y es que no es poca cosa la desastrosa herencia de la equivocada y fracasada estrategia anticovid.
La fallida gestión sanitaria se reflejó en el excesivo número de muertes: 793 mil 625 muertes más que las esperadas, entre el inicio de la pandemia en 2020 y septiembre de 2022.
El exceso de mortandad fue de 39.15%, lo que coloca a México entre los países con más defunciones por la pandemia y sus secuelas en salud, educación e índices de pobreza.
Durante 2022, México estuvo dentro de los primeros cinco países con menor gasto de salud per cápita, con un promedio de 626 dólares por persona, según análisis de la Asociación Civil, Signos Vitales.
Al inicio de este gobierno, sólo 10% de la población no tenía acceso a la salud, pero para 2020, la cifra llegó a 23.1% y en 2022, alcanzó al 39.1%.
El desmantelamiento del Insabi y la atropellada incorporación al IMSS-Bienestar, es clara muestra del fracaso del gobierno, incapaz de garantizar acceso a la salud al 54% de la población no derechohabiente.
El desmantelamiento del sector salud arroja los siguientes datos: en 2019 se otorgaron más de 71 millones de consultas de primer nivel y en 2022, 42 millones.
Para 2021 el Índice de Desarrollo Humano disminuyó colocándose a niveles de 2012, profundizándose el rezago en Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Puebla.
Lo anterior a pesar de que en 2022 se destinó a programas sociales un máximo histórico de 1.3 billones de pesos.
A la fecha se han gastado cerca de 17.2 billones de pesos (millones de millones) en programas y acciones federales y la pobreza no ha cedido.
Eso es a grandes rasgos parte de las consecuencias de una fallida estrategia de combate al covid, y su artífice hoy quiere ser jefe de gobierno.
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