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martes, 3 de octubre de 2023

Fwd: La Barriada/Martín Aguilar/Humillación=Decepción

El Diccionario de la Real Academia Española, expresa con claridad la definición de la palabra besamanos:

 

"Ceremonia en la cual se acudía a besar la mano al rey y personas reales en señal de adhesión".

 

También significa: "Acto de adhesión o sumisión a una persona o institución superiores".

 

Otra definición: "Modo de saludar a algunas personas, tocando o acercando su mano derecha a la boca de quien saluda".

 

En el ámbito religioso: "Acto en que se besa la palma de la mano a un sacerdote después de su primera misa".

 

La alcaldesa de Tecámac, Estado de México, Mariela Gutiérrez Escalante, se justificó por besarle la mano al Presidente Andrés Manuel López Obrador el pasado viernes.

 

"Lo volvería a hacer", dijo a través de un videomensaje Gutiérrez. Es decir, que no se arrepintió tras la cascada de críticas.

 

"Como si fuera un gran feudal", se difundió al calificar el acto como "sumisión", "lambisconería", "servilismo" y "veneración".

 

En el pasado tanto criticado, efectivamente existió un ritual donde se veneraba y mostraba sumisión al Presidente.

 

¿Las cosas han cambiado? Para nada. ¿Se parece López Obrador a Carlos Salinas, en ese tipo de parafernalias? Efectivamente.

 

El besamanos del pasado, consistía en rendirle pleitesía al gobernante en turno; al destapado o al candidato que sería Presidente.

 

Por lo visto, la 4T no solo revivió sino potenció el tradicional besamanos.

 

Las actitudes de rendirle culto al superior o "al rey", no solo incluyen al Presidente, también a Claudia Sheimbaum.

 

Desde la ilegal campaña la cargada de la mayoría de los gobernadores morenistas fue en favor de la consentida de López Obrador.

 

Y como una acción para pretender liberar a Mariela Gutiérrez de la penosa situación, al día siguiente el mandatario le besó la mano a la gobernadora Delfina Gómez y a la citada alcaldesa.

 

¿Por fin? ¿Son o no son iguales? Quienes detentan hoy el poder cuestionaron hasta el cansancio el culto a la personalidad del Presidente.

 

Se trata de demagogia pura; cambiar para seguir igual; "transformación con cambio", pregona el obradorismo.

 

Por eso presumen a los cuatro vientos como un rito: "es un honor estar con Obrador".

 

La alcaldesa de Tecámac puso el ejemplo. ¿Quién o quiénes siguen?


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