La Barriada/Martín Aguilar/El toque femenino

El martes pasado, el Instituto Nacional Electoral (INE) dio un paso fundamental a favor de las mujeres.

 

Venció la resistencia de los partidos políticos que se oponían a incluir en cinco de nueve gubernaturas a mujeres.

 

En consecuencia, el panorama para la mujer en materia política se consolidará durante el proceso electoral de 2024.

 

Por un lado competirán cinco mujeres candidatas a igual número de gubernaturas; el resto serán cuatro hombres.

 

La contienda para la elección presidencial se perfila entre dos mujeres con posibilidades de triunfo: Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.

 

Después de la elección presidencial, la Ciudad de México se ubica como la entidad más importante electoralmente hablando.

 

Pero en este caso, los perfiles más importantes que se han manejando recaen en hombre.

 

Aquí aplica la alternancia en género porque en 2018 las candidatas para la jefatura de gobierno fueron mujeres.

 

Por lo que se refiere a los demás cargos de elección federal para la Cámara de Diputados y el Senado de la República, 50% de las candidaturas deberán ser para mujer.

 

Es decir que de 500 curules en disputa para la Cámara Baja, 250 tendrían que ser para mujeres; lo mismo 64 escaños de la Cámara Alta.

 

Es claro que el poder de la mujer en política avanza a pasos agigantados, desde que se han impulsado diversas reformas en su beneficio.

 

La lucha iniciada con el derecho al voto de la mujer, las candidaturas a puestos de elección popular y las normas que castigan la violencia política en razón de género, le han abierto paso.

 

En el pasado la mujer solía ser postulada en espacios donde tenía nulas posibilidades de triunfo.

 

O bien, los políticos que por algún motivo no eran bien vistos, se colaban como suplentes de mujeres para después obligarlas a solicitar licencia.

 

Un caso paradigmático lo protagonizó Andrés Manuel López Obrador, y de donde surgió el mote de las "Juanitas".

 

Resulta que, en Iztapalapa, el político de Tabasco impuso como candidato a delegado a Juanito Acosta, con la promesa de que al llegar al cargo declinara favor de Clara Brugada.

 

Y así sucedió, pero cuando Juanito había asumido, se resistió a renunciar. Marcelo Ebrard en su calidad de jefe de gobierno, lo obligó a separarse del cargo.

 

Pero hoy la realidad le ha dado la razón a la mujer. Tendrá la oportunidad de ser postulada en mayor cantidad de espacios que el hombre.

 

Con seguridad, ello se conseguirá en 2024. Para empezar es seguro que habrá una mujer Presidenta. La mujer avanza en el poder. 


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