El Instituto Nacional Electoral (INE) anunció que, en el actual proceso, los partidos políticos deberán postular al menos a cinco mujeres de las nueve gubernaturas.
Pero no solo eso, también deberán acatar el ordenamiento electoral para que las mujeres designadas, sean incluidas de manera paritaria en las gubernaturas con altas posibilidades de triunfo.
Y es que, en el pasado las mujeres postuladas recibían candidaturas con pocas o nulas posibilidades de victoria.
Hoy la exigencia radica en impulsar al género femenino en espacios de poder a fin de combatir o erradicar el anquilosado "pacto patriarcal".
La ley es muy clara en la equidad paritaria en todos los espacios de poder, pese a las resistencias que prevalecen entre las fuerzas políticas.
El INE también mandata a los partidos a respetar el principio de alternancia de género postulado en la última elección de cada entidad.
Por ejemplo, en la Ciudad de México, en 2018 Morena postuló a Claudia Sheinbaum. Para 2024 tendría que ser hombre, pero no necesariamente.
En la oposición, ese mismo año Alejandra Barrales, fue candidata de la alianza PAN, PRD y MC. Para este proceso, los vientos soplan a favor del género masculino.
El entramado legal es complicado de cumplir por todas las fuerzas políticas, sobre todo por los jaloneos y presiones internas.
Más allá de que los partidos vayan o no en alianza, están obligados a hacer valer los lineamientos de la autoridad electoral.
Las entidades que deberán cumplir con el requisito señalado son: Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz, Yucatán y la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.
Para su cumplimiento, el INE pondrá lupa a todos los procesos y partidos, desde la Dirección Ejecutiva de Prerrogativas y Partidos Políticos.
La autoridad electoral emitió los lineamientos pese a la oposición de los partidos, bajo el señalamiento de que el Instituto carecía de facultades para hace valer esos criterios.
De hecho, tomaron como argumento que Yucatán, Jalisco y Puebla, han legislado la paridad en gubernaturas.
El Instituto Electoral está en la disyuntiva de inclinarse al oficialismo y los partidos o hacerle caso a la ola rosa que salió a las calles a defender su autonomía.
Todo apunta a que su ruta será la segunda. Si sigue ese camino, habrá autoridad electoral autónoma para calificar con responsabilidad la elección presidencial de 2024.
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