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jueves, 30 de noviembre de 2023

Del Pasado al Futuro/El teatro penitenciario también es una expresión artística

Martín Aguilar

El arte, en cualquiera de sus manifestaciones, ha sido un instrumento para la liberación. El teatro penitenciario, en particular, ha sido una fuerte herramienta para que las personas privadas de la libertad puedan alcanzar su libertad y reinsertarse a la sociedad.

 

Durante la trasmisión del programa, Del Pasado al Futuro, conducido por la Lic. Ruth Villanueva en ausencia de Rosalía Buaun y Tony Mancuso, acompañados por el director editorial de las revistas Cúspide y Liberal Metropolitano, Lino Calderón, tuvieron de invitados al Director de teatro, Jorge Correa y del Diputado, Raúl Torres

Jorge Correa, un actor, un director de teatro que se ha entregado a una labor de redención de almas por los distintos penales de México. Él se dice: un "buzo de aguas negras", alguien que va a los abismos, a la oscuridad del vivir humano para rescatar el alma de los hombres. De aquellos que viven tras los muros, tras las rejas.

 

Distinguido por la UNESCO como el Padre del Teatro Penitenciario en México, advirtió que con esta actividad no se trata de hacer actores, sino de transformar al individuo en reclusión, por medio de la magia del teatro, que no sólo les brinda momentos de libertad en la prisión, sino también un encuentro con ellos mismos a través de los otros.

 

Correa señaló que el interno tiene necesidad de comunicar, atrás de su situación de encierro hay muchas cosas tal vez de inocencia, de abuso, del mismo destino, no saben ni por qué están ahí, tal vez porque tenían ganas de un gansito o porque estaban mal parados en una esquina o porque alguien los puso, es muy difícil, por ahí el teatro es un medio para que tú digas cosas y externes tu situación, ahora en cuanto a la actividad teatral de lleno, pues ellos leen mucho también y a mí siempre me ha interesado esta posición de primero informar para formar y qué mejor medio que el teatro".

 

A la fecha ha prestado sus servicios en todas las prisiones del país, a donde acude a montar obras de teatro de gran calidad protagonizadas por los reos, a veces en tiempo récord, pues ha logrado hacerlo en tan sólo 15 días, con un método desarrollado por él mismo: el Sistema Teatral de Readaptación y Asistencia Preventiva (STRAP).

 

Apenas el año pasado, conformó el proyecto Liberarte y participó por primera vez con el teatro penitenciario en el Festival Internacional Cervantino y la puesta en escena de la obra Hamlet desde la prisión, la cual compitió en calidad con los montajes de las grandes compañías que se presentaron e impresionó a propios y extraños.

 

Por medio del teatro, Jorge ha llevado una labor por distintos centros de readaptación social del país con el objeto de dar luz de vida. Jorge Correa llama a esto: "Teatro de la oscuridad".

 

Un día en una plática de café con él me habló un tanto de su vida. Le tocó vivir el infierno de la matanza en Tlatelolco. Se salvó de milagro. Jorge es originario de Salvatierra, Guanajuato. Llegó muy joven a radicar a la Ciudad de México. Su deseo fue ser actor, estudió en la «Escuela de Arte Teatral del INBA», y en el «C.A.D.A.C», de Coyoacán, dirigido por el director teatral Héctor Azar.

 

Y hablando de azares, el destino tenía armado su juego con Jorge. En esos centros de enseñanza teatral tuvo un compañero que sería fundamental para él: Juan Pablo De Tavira. Quien sería el primer director del penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez. Después sería designado subdirector en la «Dirección General de Reclusiones». Estos caminos de Juan Pablo De Tavira estarían relacionados con Jorge para comenzar su labor de llevar el teatro como un vehículo de readaptación espiritual, mental, y social de los internos.

 

A casi dos años de haber tomado posesión como primer diputado migrante, Raúl Torres, integrante de la bancada del Partido Acción Nacional, aseguró en entrevista que ser el iniciador de esta nueva figura legislativa implicó sentar las bases a las próximas generaciones de diputados migrantes.

 

Para Raúl Torres, primer diputado migrante, quien ganó en 2021 con el 54.8% de votos emitidos por más de 12,000 chilangos que viven en 46 países, uno de los primeros avances de esta nueva figura, fue la creación de la primera comisión de personas migrantes originarias de la Ciudad de México que él mismo preside.

 

"Logramos que esta comisión –órgano interno del Congreso de la Ciudad de México– haya quedado en la constitución, o sea, que ya se va a quedar para siempre y los chilangos tienen representación en el legislativo", señaló.

 

Dijo que su trabajo si bien ha consistido en velar por asuntos migratorios que afectan a los chilangos en el extranjero, también se ha enfocado sentar las bases técnicas y administrativas para futuros diputados migrantes.

 

"En estos dos años se han logrado hacer cosas muy técnicas, hemos puesto en la agenda del congreso el valor de la diáspora capitalina alrededor del mundo, faltan muchas cosas que hacer", concluyó. 


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