La Barriada/Martín Aguilar/A la fuerza ni los zapatos entran

Como en Morena tienen claro que por la buena no conseguirán la reelección de Ernestina Godoy en la Fiscalía de la Ciudad de México, desde el gobierno se cocina una trampa a fin de que se quede otros cuatro años a como dé lugar.

 

Para que la funcionaria repita en el cargo tendría que ser aprobada por, al menos, 44 de los 66 diputados que integran el Congreso de la Ciudad de México o, en su defecto, las dos terceras partes de los legisladores que se encuentren presentes en esa sesión.

 

Hasta hoy, los morenistas y sus rémoras sólo tienen 39 votos, y no se ve cómo pudieran conseguir los cinco restantes, ya que la oposición, en su conjunto, anunció que ninguno de sus diputados apoyará la reelección.

 

Ello, a pesar de que el gobierno capitalino, y la propia Ernestina, han presionado a legisladores con presuntas carpetas judiciales, amenazándolos con activarlas si no aprueban la continuidad de la fiscal.

 

Y como los diputados de la Ciudad de México —a diferencia de los del resto del país— no tienen inmunidad ante acusaciones por delitos del fuero común, están tan indefensos como cualquier ciudadano de a pie y pueden ir a la cárcel ante cualquier acusación.

 

Aunque el tema no está en el orden del día, la Comisión de Justicia tiene agendada hoy una reunión de análisis al Código Nacional de Procedimientos en materia de medios electrónicos, a la que está convocado Rafael Guerra, presidente del Tribunal Superior de Justicia capitalino.

 

Si bien no se programó el asunto de Godoy, pueden ponerlo sobre la mesa de último momento y dictaminarlo para pasarlo a la Mesa Directiva en fast-track y que se pudiera votar en el pleno, a más tardar, el jueves, apelando a la urgencia de que los tiempos legales se agotaron.

 

Previendo que los morenistas pudieran intentar una de sus clásicas chicanadas, la presidenta de la Mesa Directiva, Gabriela Salido, envió un oficio a la Secretaría de Seguridad Ciudadana para que resguarde el recinto esta semana y evite que sea tomado por grupos.

 

La idea es garantizar el acceso de los diputados —en especial a opositores— a todas las sesiones, pues ya ha ocurrido que simpatizantes de Morena toman el Palacio de Donceles; podrían intentarlo de nuevo para que la oposición no se complete y los de la 4T saquen el nombramiento.

 

El partido oficial estaría en los linderos de la ilegalidad, pero que no les vengan con eso de que la ley es la ley, misma que torcieron cuando eligieron a la propia Ernestina hace cuatro años, sin que cumpliera con los requisitos marcados por la Constitución de la CDMX.

 

Los opositores deben estar en alerta máxima para que no los vayan a agarrar por sorpresa… o que algunos indecisos pongan de pretexto que no los dejaron entrar. 


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