El 3 de mayo de 2021 colapsó un tramo del Metro elevado de la Línea 12 que dejó como saldo 26 usuarios muertos y cerca de un centenar de lesionados.
Desde entonces, han pasado casi tres años y no existe ninguna persona en la cárcel como responsable del accidente.
El percance pegó como mazo en el corazón de la 4T. La entonces jefa de gobierno, Claudia Sheibaum defendió a capa y espada a su amiga la directora del Metro, Florencia Serranía.
El presidente Andrés Manuel López Obrador intentó un control de daño, pero hasta el momento nada le ha funcionado en este caso.
Prometió que la Línea 12 estaría de nuevo en servicio a la vuelta de un año, pero tuvieron que pasar casi tres para que sus palabras se hicieran realidad.
El jefe de gobierno Martí Batres anunció que este 30 de enero se reabrirá la Línea Dorada. ¿Habrá miedo? ¿Temor? Es lógico que así sea.
Pero las interrogantes persisten. ¿Quién o quiénes fueron los responsables? ¿Quiénes han sido sancionados? ¿Hay alguien en prisión?
Han pasado 32 meses y no hay un resultado concreto que deje satisfechas a las víctimas que reclaman justicia.
Estimaciones señalan que el monto desembolsado para el reforzamiento de parte de la Línea ronda los mil 500 millones de pesos,
¿Y quién pagará la afectación de miles a usuarios que durante todo ese tiempo padecieron un verdadero viacrucis por el cierre del Metro?
En promedio un trabajador, ama de casa, estudiante o profesionista de la zona invierte sin Metro, seis horas para trasladarse ida y vuelta al Centro u otras partes de la capital.
¿Quién asumirá la responsabilidad por esa pérdida de millones de horas-hombre de miles de habitantes? Casi una jornada laboral consume la pésima movilidad.
No hay culpables, pero la entonces jefa de gobierno fue investida candidata a la Presidencia por Morena.
Durante la elección de 2021, la alcaldía Tláhuac estuvo a punto de sumarse a los 9 triunfos en igual número de demarcaciones de la Alianza Va Por la Ciudad de México.
Una quirúrgica operación de compra de votos del partido en el poder logró mantener el control de Tláhuac.
Lo cierto es que la sombra del mortal accidente perseguirá a la ex jefa de gobierno vaya a donde vaya en su campaña para suceder a López Obrador.
Hay miedo entre los habitantes por usar de nuevo el Metro. Lo harán por necesidad, aunque no crean que es tan seguro.
Es evidente la impunidad y protección a los culpables.
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