Estudio de UBS considera que puede ser una aliada, sobre todo si se mejora la eficiencia de manera generalizada
La inteligencia artificial será una aliada para reducir la inflación, sobre todo al mejorar la eficiencia, consideró UBS en un análisis.
En el reporte TechGPT: IA generativa y sus implicaciones macroeconómicas, Paul Donovan, economista en jefe de UBS, sugirió que la eficiencia puede ir hacia mayores márgenes de ganancia, pero con el tiempo, los economistas esperaban que la competencia involucrada genere una tasa de inflación más baja.
Sin embargo, reseñó este análisis, la inteligencia artificial también debería cambiar los precios relativos; por tanto, el valor asignado a ciertos trabajadores o ciertos productos puede ajustarse a medida que la IA hace posible algunas cosas que antes no eran rentables.
Donovan explicó que dentro de la idea de mayor eficiencia también está el concepto de mayor volatilidad de los precios individuales. Con el tiempo, cree que la IA puede hacer que el concepto de inflación en toda la economía pierda sentido.
La discriminación de precios de primer grado ocurre en una economía cuando a cada cliente se le cobra un precio personal, basado en la comprensión del vendedor y la disposición a pagar de ese cliente. Este es un concepto antiguo: antes de mediados del siglo XIX, cuando el comercio minorista era un asunto local y los comerciantes conocían personalmente a sus clientes, a diferentes personas se les cobran precios diferentes. Una aplicación de la IA puede identificar más fácilmente la determinación de un individuo de comprar un producto, lo que permitiría al vendedor cobrar el precio más alto posible que el comprador esté dispuesto a pagar.
"La IA puede hacer que la idea de un precio universal sea un concepto cada vez más sin sentido", aseveró el economista de UBS.
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