En lo que va del sexenio de AMLO van 15 familiares de personas desaparecidas y asesinadas de madres buscadoras

Martín Aguilar

El homicidio de la buscadora Angelita León en Tecate, Baja California, es el número 15 de la lista de familiares de personas desaparecidas asesinados en lo que va de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, diez más que las víctimas registradas en el gobierno de Enrique Peña Nieto.

 

Guanajuato, entidad gobernada por el panista Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, es el estado con mayor número de personas buscadoras de desaparecidos asesinadas, de acuerdo con un conteo público.

 

La maestra en análisis espacial y geoinformática, con trabajos sobre geografía del crimen, Lina Gabriela Belaunzarán Chávez realizó un mapa con los registros de los últimos 14 años de familiares de desaparecidos víctimas de homicidio en el país, con información de Dónde Van los Desaparecidos.

 

Explicó que con la información disponible se puede determinar que "estos homicidios, por lo regular, son ejecuciones directas ya qué, en su búsqueda e investigación, los familiares se vuelven incómodos para autoridades y el crimen organizado".

 

Los estados donde se han cometido más homicidios a familiares de desaparecidos son, además de Guanajuato, Sonora, Sinaloa, Jalisco, Veracruz, Tamaulipas y Baja California, entidades que se caracterizan por tener una alta incidencia delictiva por los grupos del crimen organizado.

 

El 2022 fue el año con mayor número de asesinatos de personas buscadoras con cinco víctimas, en Morelos, Puebla, Sonora y Sinaloa. La primera víctima de ese año fue la activista Ana Luisa Garduño Juárez, asesinada en enero en el municipio de Temixco, Morelos.

 

Ana Luisa fundó la asociación civil Ana Karen Vive, que llevaba el nombre de su hija asesinada presuntamente por su novio en el fraccionamiento Burgos en Temixco en 2012. A través de esa organización Ana daba asesoría y acompañamiento a las víctimas de delito como feminicidio y desaparición

 

El segundo ataque fue contra Aranza Ramos, activista e integrante del colectivo Madres Guerreras Unidas de Sonora. La mataron el 15 de julio en Guaymas luego de ser sacada de su casa a la fuerza. La joven de 28 años dedicó los últimos siete meses a buscar a su esposo desaparecido Bryan Omar Celaya.

 

El 31 de agosto, Rosario Rodríguez Barraza salía de un templo en Elota, Sinaloa, cuando fue abordada a un vehículo por hombres armados. Horas más tarde su cadáver fue localizado. Ella comenzó a buscar a su hijo Fernando desde el 16 de octubre de 2019.

 

Los dos últimos fueron el de Blanca Esmeralda Gallardo, asesinada el 4 de octubre en la colonia Villa Frontera en la ciudad de Puebla. Ella buscaba a su hija Betzabé quien desapareció en enero de 2021.

 

Y el de María Carmela Vázquez, quien buscaba a su hijo Óscar desaparecido desde junio, fue asesinada en el municipio de Abasolo, Guanajuato el 8 de noviembre de 2022.

 

Estos homicidios, por lo regular, son ejecuciones directas ya qué, en su búsqueda e investigación, los familiares se vuelven incómodos para autoridades y el crimen organizado

 

En 2023 una de las dos víctimas fue Teresa Magueyal, madre buscadora del colectivo Una Promesa por Cumplir que viajaba a bordo de una bicicleta, San Miguel Octopan, Michoacán el 2 de mayo.

 

La segunda fue la madre buscadora Griselda Armas y su esposo, quienes fueron asesinados en el ataque armado en contra del hermano del alcalde de Tacámbaro, Ricardo Moriya. La señora buscaba a su hijo Diego Yahir, de 16 años, reportado como desaparecido desde el 1 de septiembre.

 

Ese mismo año también secuestraron a la buscadora Catalina Vargas en Guanajuato, una semana después fue liberada por sus captores el 25 de julio.

 

Mientras que en lo que va de este 2024 se han cometido dos homicidios contra personas buscadoras de desaparecidos, el primero fue contra la buscadora Lorenza Cano Flores en Salamanca Guanajuato el 16 de enero.

 

La mujer de 55 años fue secuestrada y después asesinada la noche del pasado lunes, cuando hombres armados ingresaron a su domicilio ubicado en la colonia Ampliación, El Cerrito, en donde su esposo e hijo fueron asesinados en su intento de impedir que fuera extraída por la fuerza de su vivienda.

 

Ella era integrante del colectivo Salmantinos Unidos Buscando Desaparecidos, buscaba a su hermano José Francisco Cano Flores, desaparecido desde el 2018. Y el más reciente el de la buscadora de Tecate, Baja California, Angelita León, cometido el jueves por la tarde. 


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