Para la elección de 2021, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador contaba con 23 millones de personas beneficiadas de sus programas sociales.
De acuerdo a cifras del Instituto Nacional Electoral (INE) durante esa jornada, Morena logró un máximo de 17 millones de votos.
Las matemáticas indican que Morena y el Presidente perdieron en tres años, casi seis millones de sus potenciales votantes beneficiados con los programas sociales.
Sin embargo, la 4T tiene como meta para este año –casualmente electoral- alcanzar un padrón de 28 millones de personas beneficiarias.
De tajo la administración de López Obrador, engordó el número de beneficiados en 5 millones.
Según los datos oficiales, de 35 millones de hogares en el país, casi el 80% recibe al menos uno de los apoyos del gobierno.
En año electoral, la administración obradorista informó que se han entregado más de 26 millones de tarjetas del banco del bienestar.
Todos los programas suman un presupuesto demencial: 745 mil millones de pesos. En estos días el Presidente ordenó adelantar los depósitos.
Hasta el viernes de la semana pasada, se había ejercido el 42% del total, es decir, 313 mil millones de pesos.
Es claro el uso del presupuesto nacional con fines meramente clientelares, estigma con el que se ha manejado el presente régimen.
El movimiento 4T se incrustó con todo y partido en la estructura gubernamental procreando los "siervos de la nación", brazo personal electoral del Presidente.
Todo el gobierno, a toda hora y en cualquier rincón del país, hace uso político electoral de los programas sociales.
Dichos funcionarios ponen a López Obrador como único y exclusivo propietario de los beneficios con recursos de todos los mexicanos.
Previo a la elección de 2021, fueron múltiples las quejas de adultos mayores condicionados a votar por Morena, porque de lo contrario se quedarían sin su pensión.
Pero en lo que no hay claridad es en el vertiginoso aumento en el padrón de beneficiarios de 23 millones en 2021 a 28 millones este año.
Una detallada explicación es necesaria, sobre todo porque se trata de una población superior a la de algunos estados.
Por ejemplo, causó estupor la repentina muerte del ex secretario de Hacienda en el gobierno de López Obrador, Carlos Urzúa.
Recientemente había reportado que el padrón de adultos mayores para recibir su pensión, había "un excedente de hasta 600 mil personas", adultos mayores fantasmas.
Urzúa alertó que no se podía justificar su existencia, pero sí generaban un gasto de 50 mil millones de pesos, dinero del que se desconocía su destino.
Estos son los datos del uso del presupuesto de manera clientelar.
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