Cómo andarán de cuchareadas las encuestas que ubican a Clara Brugada con una ventaja de dos dígitos sobre Santiago Taboada en la CDMX, que hasta el propio Presidente duda de ellas.
En su mañanera de ayer, López Obrador arremetió por enésima vez contra las clases medias de la capital, a las que culpó de que la 4T sea muy cuestionada aquí, lo mismo que su popularidad como gobernante.
Dijo que la ciudad vive un proceso de derechización, debido a que las clases media-media y media-alta se dejan manipular para apoyar a gobiernos corruptos. Calificó a estos ciudadanos de aspiracionistas que buscan sobresalir a costa de lo que sea y los llamó a reflexionar.
"La CDMX es la capital de la manipulación; es una llamada de atención para la gente de la capital, que no estaba así. Ésta era una ciudad de avanzada, siempre lo fue, y ahora se ha venido empanizado, hamburguesando, derechizando", afirmó el Presidente.
Aseguró que es mentira que la clase media esté mejor informada, pues ahora pasa más tiempo en el tráfico, escuchando estaciones de la radio conservadora que ataca su proyecto.
Según él, en la capital es donde se recibe "el mayor bombardeo de mentiras" que muchos compran. Sobre todo, los sectores de clase media que son influenciados y se creen lo del populismo y lo del mesías tropical.
Insistió en que el comportamiento electoral de la sociedad con mayores recursos se debe a que actúan "sin escrúpulos", para triunfar a toda costa y salir adelante. Y que alguien con licenciatura, maestría o doctorado es muy difícil de convencer, "pues es lector del Reforma".
Opinó también que antes el fenómeno de derechización de la capital estaba focalizado en colonias como la Del Valle y Las Lomas, pero que, debido al bombardeo de los medios, se ha extendido en la capital.
Criticó que un estudio de la UNAM señale que Xóchitl Gálvez tiene mucha más aceptación entre el electorado que Claudia Sheinbaum (no las mencionó por su nombre), cuando la candidata de la 4T va arriba en las encuestas.
Por si las moscas, Claudia inició un tour por la radio, cuando siempre se había negado a ir.
Flaco favor les hizo el Presidente a ella y a Brugada al reconocer que las clases medias —que son las que deciden elecciones— no las aceptan. Con qué cara irán a pedir su voto en ese sector si desde Palacio los califican de inmorales, conservadores y de no tener escrúpulos.
De por sí Clarita andaba en el hoyo, al grado que hasta en Morena dudaban que pudiera ganar; después de la ayudadita presidencial igual y se deprime más.
Sobre todo porque —contrario a ella— Omar Hamid García Harfuch, a quien desplazó de la candidatura, tiene el 60% de intención de voto para el Senado. Esa mancha no se la va a quitar jamás.
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