Un dato que llamó la atención, fue la solicitud de licencia que Francisco Chíguil envió ayer al Congreso local, para separarse definitivamente como alcalde de Gustavo A. Madero a partir de mañana.
Nada tendría de extraordinario que un alcalde más abandone el cargo, pues todos buscan cómo seguir en el presupuesto otro rato, pero lo de Chíguil llama especialmente la atención, pues no está inscrito en ninguna lista… todavía.
Si no fuera a ser candidato, ninguna razón tendría para pedir licencia. Al parecer tenía algo más bajo la manga que la coordinación de la campaña de Clara Brugada, quien por cierto ayer desmintió al Presidente, negando que la capital se haya derechizado.
Hay que recordar que el alcalde de GAM fue el principal instigador de la rebelión morenista contra la candidatura de Omar Hamid García Harfuch al gobierno capitalino, cosa que no le perdona Claudia Sheinbaum.
Sin embargo, hasta ayer muy entrada la noche, Chíguil negociaba ir en fórmula con García Harfuch, lo que prácticamente le aseguraría un lugar en el Senado a partir de septiembre.
Y es que Omar Hamid no tendrá ningún problema en ganar el escaño, que ocuparía solamente unas semanas si Sheinbaum gana la Presidencia, pues es uno de sus hombres más cercanos a ella y se lo llevaría al gobierno; tendría que dejar su curul.
El suplente asumiría como titular, y lo tragicómico sería que el exsecretario de Seguridad Ciudadana tuviera que cargar a quien fue uno de los artífices para que le quitaran la posibilidad de ser jefe de Gobierno, y que se la dieran a Clara.
De concretarse la jugada, en el grupo de los puros del partido estarán brincando de gusto, pues le darían otro llegue a Omar Hamid, quien ya se había recuperado del mal trago que le hicieron pasar en la elección interna.
Hasta anoche se daba por hecho que Chíguil sería finalmente su suplente, y que hoy se haría oficial, aunque no hay que perder de vista que otro alcalde que dejará el cargo es Adrián Rubalcava, quien también sueña ser pareja de García Harfuch para el Senado.
Las cartas están echadas y por lo pronto los dos alcaldes pusieron su situación administrativa en orden, por si cualquiera de ellos es llamado al bat, para lo cual tendrían que estar libres de toda responsabilidad pública, como lo marca la ley electoral.
Y mientras Chíguil define su futuro, Janecarlo Lozano, a quien Morena impuso como su candidato en GAM, anda como chivo en cristalería y en unos cuantos días amplió la división interna que causó su designación.
En busca de legitimarse y tomar el control del territorio, el candidato oficial intenta fundir a las agrupaciones de taxistas, comerciantes y mototaxistas en una sola organización social. En algo así como fue el sector popular en los tiempos dorados del PRI.
Obvio, ya le respingaron, incluso algunos líderes están tocando otras puertas, pues no aceptan el autoritarismo del candidato, cuya autoridad podrá ser formal, pero carece de toda autoridad moral, y está acabando de despedazar la GAM antes de empezar.
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