El poder criminal en México supera con creces las ganancias de empresas transnacionales e incluso el Producto Interno Bruto de diversos países.
Eso significa que durante este gobierno no sólo se han consolidado, sino que ha cobrado fuerza, poder y una elevada capacidad violenta y corruptora.
Una investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) DE 2018, reportó que la industria criminal generaba ingresos por 600 mil millones de pesos anuales.
Dicho monto equivale a unos 33 mil 165 millones de dólares, un PIB superior a Haití con 20 mil 94 millones de dólares; Jamaica, 14 mil 66 millones de dólares y las Bahamas, 11 mil 21 millones de dólares.
Las organizaciones más poderosas van en el siguiente orden: Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cártel de Sinaloa, Nueva Familia Michoacana, Cártel del Noreste y La Unión de Tepito, además de unos 200 grupos criminales.
Su predominio, influencia y poderío radica en el tráfico de heroína, cocaína, metanfetaminas y fentanilo.
Los cárteles suman otras cadenas delincuenciales como secuestro, extorsión tráfico de migrantes y tráfico de personas.
Las multimillonarias ganancias son la maquinaria que aceita una industria paralela de seguridad, compra de armas y blindaje de vehículos.
Ese inconmensurable poder corruptor compra lealtades, jueces, policías, militares, servidores públicos y jueces.
¿Hay un freno del gobierno? Ninguno. La política de abrazos no balazos, es el paraíso de la potencial expansión del crimen organizado.
El resultado: el narco le ha perdido el miedo al Ejército y a la Marina. Los imitan, se visten como ellos, clonan uniformes y vehículos, además de asesinarlos.
En días pasados la directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Avril Haines dijo que hay partes de México controladas por el narcotráfico.
En 2021, el entonces jefe del Comando Norte de Estados Unidos, el general Glen VanHerck estimó que el crimen organizado operaba en alrededor del 30 al 35% del territorio nacional.
Desde entonces, cobró fuerza el hecho de que zonas del país son gobernadas por el narcotráfico, mediante la intimidación, la violencia, cobro de derecho de piso, secuestros y asesinatos.
La situación se agrava por el inminente cambio de gobierno, con atentados a candidatos e injerencia del crimen organizado en el proceso electoral.
Ese es el poder criminal que gobierna México al lado de la 4T.
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