Al elevarse el precio del diesel, gasolinas y otros combustibles se impacta en todos los rubros del campo, "ya que para producir, se va a gastar más en el diesel del tractor, a la par aumentan la semilla que se trae de otra entidad, se eleva el fertilizante, y toda la materia prima, "todo lo que ocupe combustible va subiendo y se convierte en una bola de nieve que va acumulando".
El diputado federal por Michoacán, Roberto Carlos López García, y secretario general del comité ejecutivo de la Confederación Nacional Campesina, al subrayar que esas alzas, se ven reflejadas en las mesas de los mexicanos, se compran frutas, verduras, hortalizas, granos, más caras. Aunado a la sequía y las alzas temperaturas que están impactando gravemente al campo.
La inflación real se mide en el plato y en la mesa, -de cada familia, lo cual es un golpe al bolsillo de las familias-, así como en la mesa de la comercializada, porque todo pasa al intermediario y éste aumenta los costos.
Por separado, Juan Carlos Anaya, director de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), platicó a este diario, que siempre que hay alzas en los precios de los combustibles, impactan a la maquinaria y equipo; al iniciar las etapas de siembra, de cosecha, el transporte de materias primas, de los alimentos, granos, cereales, así como toda la logística en el campo.
Aquí intervienen los costos de producción, el derecho de piso que ahora pagan los productores de alimentos en el campo mexicano, el transporte, seguros y toda la cadena de intermediación, dependiendo del tipo de producto; los márgenes que se quedan y la especulación, impactan al consumidor.
Esas alzas silenciosas a los combustibles (de centavos a un peso en algunas gasolineras y zonas del país, en los últimos dos meses) se ven en la inflación alrededor de 4.5%, pese a que se decía que no iban a aumentar las gasolinas y el diesel.
El diputado michoacano resaltó: "todos los mexicanos estamos padeciendo una inflación desmedida y una pérdida del poder adquisitivo descomunal. "El superpeso no beneficia al campo, es un engaño, el peso no tiene más poder adquisitivo, es un debilitamiento del dólar, y el peso mexicano no le da a los mexicanos para comprar más en su dieta alimentaria".
López García expuso que el alza de combustible impacta inmediatamente al transporte, ya que una gran parte de la carga se mueve por carreteras, y se tienen que elevar inevitablemente los productos que llegan a los consumidores.
Pero en el campo, añadió, en el campo los productores son los más afectados y terminan cargando mayores costos, "pues incremento no se puede aplicar de manera completa y viene la devaluación de la mano de obra de los trabajadores del agro". La gente lamentablemente sigue migrando, al no ser una actividad rentable el campo, los jornaleros buscan empleo por otros lados.
El director del GCMA afirmó que el "superpeso" está afectando a los productores exportadores, ya que aunque reciben más dólares, reciben menos pesos, igual que las remesas.
Aunque se ve que han crecido las exportaciones en dólares, los productores están sufriendo porque reciben menos pesos y sus costos son en esta moneda. "Los productores de granos, donde México es deficitario, los precios están relacionados con el dólar, ahora por sus cosechas están recibiendo menos pesos".
"Están teniendo la tormenta perfecta, problemas de sequía, que los precios internacionales están bajando y un tipo de cambio fuerte que los hace perder competitividad al recibir menos pesos", citó el experto.
Los medianos y pequeños productores han resentido con mayor intensidad el impacto del aumento de precios de la energía eléctrica, de las gasolinas, en virtud de que una buena parte de los insumos mantienen tasas comerciales al alza. Varios fertilizantes vienen del petróleo y gas.
El experto del GCMA expuso que en lo que va del sexenio, consumir arroz, frijoles y huevo se encareció 47.5 por ciento. Pues en diciembre de 2018, comprar un kilo de cada uno de los productos mencionados sumaba 82 pesos. En marzo de 2024, el precio de los tres alimentos subió a 121 pesos.
"Observamos que en la canasta básica, se ha registrado la inflación más alta de los últimos sexenios, ya que la inflación en los poco más de 5 años de la presente administración de 5.25%.
Y algunos de los 17 productos de la canasta básica reportaron una inflación acumulada de hasta casi 177 por ciento en el periodo mencionado.
Destaca el incremento del precio del limón sin semilla, que pasó de 15.77 a 43.63 pesos el kilo, un incremento de 176.6 por ciento en lo que va del sexenio, señala el reporte de la consultora.
El precio de la tortilla, que a inicios del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador costaba alrededor de 14.36 pesos el kilo y ahora vale cerca de 23.88 pesos, un incremento de 66.3 por ciento.
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