Alberto Moreno
Valle de Toluca Edoméx-. Localizado en un islote al pie del Cerro de Chapultepec, el antiguo pueblo de indios de San Miguel fue arrasado paulatinamente en la centuria pasada, sin embargo, un salvamento arqueológico ha permitido recuperar los restos de una vivienda que formó parte del asentamiento prehispánico, antecesor de la parcialidad indígena que subsistió en el virreinato.
La coordinadora de estas tareas, la arqueóloga del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), María de Lourdes López Camacho, informa que las ruinas de esa casa, la cual fue habitada en el siglo XV, constituyen la primera evidencia material reconocida de la aldea que, para crecer, aprovechó uno de los pocos terrenos no inundables del lago de México.
Derivado de las obras para un proyecto museal, desde finales de 2023 y lo que va del presente año, la Secretaría de Cultura federal, a través de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH, mantiene presencia en el predio del edificio sede de la Secretaría de Salud, ubicado en la calle de Lieja, donde ha realizado excavaciones sistemáticas.
Durante las labores de supervisión y vigilancia en el área del estacionamiento, donde habrá una zona ajardinada y un nuevo acceso, el equipo, integrado por las arqueólogas Mara Becerra Amezcua, Eleonora Rivera Carretero y Ximena Castro Rivera, descubrió un entierro prehispánico correspondiente a un individuo adulto, a casi dos metros de profundidad.
Al detectar un alineamiento de piedras, realizaron una excavación extensiva, con la cual determinaron que este corresponde a una unidad doméstica, de la que se han delimitado el acceso, un pasillo y tres habitaciones, cuya longitud va de 1.8 a 2.5 metros. Los muros de las estancias presentan una altura máxima de 1.3 metros, y muestran dos momentos constructivos: en el primero se utilizaron piedras burdas, y en el segundo, piedras careadas para ganar altura.
La directora del proyecto arqueológico Bosque, Cerro y Castillo de Chapultepec, Lourdes López, destaca que, en la parte frontal de la casa, hacia el citado pasillo, estánlos restos de dos pilotes de madera que sirvieron para el amarre de canoas, indicios de que este hogar se hallaba al costado de un canal. Hipótesis que se reafirma por la bentonita, presente como sedimento lacustre.
En artículos, la investigadora ha detallado que la actual avenida Chapultepec era un canal por el que circulaban trajineras en la época prehispánica, el cual debió contar con una estructura artificial para permitir la comunicación durante los periodos de secas, entre el poniente y el centro de la cuenca.
Por los tipos de los tiestos cerámicos hallados en el lugar: Azteca III (1403-1507 d.C.) y Azteca IV (1507-1519 d.C.), de engobe anaranjado y finas líneas en su decoración, o totalmente monocromos, al parecer, este asentamiento tuvo su auge en el Posclásico Tardío, durante el dominio mexica, aunque no se descarta que su fundación date del señorío tepaneca de la región.
La especialista abunda que el salvamento arqueológico en dicho predio ha tenido otros puntos de interés, caso del Edificio D, donde al excavar el área para el cubo del elevador se encontró un muro y una olla semicompleta de temporalidad prehispánica.
En busca de un pueblo perdido
López Camacho ha buscado rescatar la memoria de un pueblo olvidado y casi siempre confundido con la colonia homónima, San Miguel Chapultepec, fundada en el porfiriato. Su investigación en fuentes documentales y excavaciones arqueológicas le han permitido situar al antiguo pueblo de indios que, en el segundo imperio mexicano, vio ocupada parte de sus tierras para la traza del Paseo de la Emperatriz (avenida Paseo de La Reforma) y, en tiempos porfirianos, absorbidas por la Hacienda de La Teja.
No es casualidad, comenta, que la forma del terreno sobre el que se construyó el Departamento de Salubridad e Higiene, sea la de un trapecio irregular, pues casi cubre en su totalidad la forma del islote donde estuvo el poblado.
La edificación de las oficinas se llevó por delante los estratos culturales de lo que quedaba de él. La construcción del Circuito Interior y de la estación Chapultepec y su paradero, como parte de la primera línea del Metro, en los años 60 del siglo XX, terminarían por sepultar la memoria del pueblo de indios de San Miguel Chapultepec. Hasta hoy, que los restos de una casa prehispánica le devuelven su importancia histórica.
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