Las reacciones sobre el primer paquete del futuro gabinete, generó opiniones encontradas al interior del oficialismo.
Hay un grupo de funcionarios que están a la espera de que Claudia Sheinbaum les haga justicia.
Ello porque fueron marginados, maltratados o de plano olvidados por Andrés Manuel López Obrador.
Sólo quienes le prodigaron lealtad a ciegas, sin contradecirlo o alzarle la voz, recibieron los mejores cargos.
Por ejemplo, César Yáñez, su amigo, cómplice, confidente, eterno acompañante y vocero, fue marginado, maltratado y olvidado.
Durante 13 años César no tuvo descanso, ni fines de semana, ni tiempo para su familia, con tal de estar al lado del oriundo de Macuspana.
Pero el gran pecado de Yáñez fue su boda fifí. Eso mereció el escarnio de todos. Fue objeto de intrigas, insidias y grilla barata.
Hasta la fecha, López Obrador no tuvo ningún agradecimiento. Por el contrario, lo suplió por Jesús Ramírez.
Adán Augusto López, se lo llevó como subsecretario a Gobernación y luego, Sheinbaum lo invitó a su campaña.
César goza de buen cartel entre periodistas, empresarios y directivos de medios de comunicación.
Aún se desconoce qué cargo podría darle Sheimbaum, pero estuco en primera fila durante el anuncio el pasado jueves de los primeros integrantes del gabinete.
¿Será su vocero? ¿Secretario de Estado? El jueves vendrá otro anuncio. Está pendiente Gobernación.
Para ese cargo, suena fuerte Rosa Icela Rodríguez. Mario Delgado está más que apuntado. Yáñez ya estuvo como subsecretario, y la importancia de esta dependencia requiere la sobriedad de su perfil.
Otro subsecretario de Gobernación, fue Alejandro Encinas, jefe de gobierno "en resistencia", y para cuidarle las espaldas a López Obrador tras el desafuero en 2005.
Por esas fechas, Encinas le hizo saber al tabasqueño su deseo de despachar en Gobernación con él como Presidente. Se quedó en deseo.
Encinas prefirió respaldar a Clara Brugada al no ver futuro con Sheimbaum por sus diferencias con Omar García Harfuch.
Esos son sólo unos ejemplos de cómo los incondicionales de ayer, fueron los olvidados y marginados de hoy.
El Presidente no deja que Sheimbaum camine sola. La lleva de la mano por el país, le impone funcionarios y controla la agenda. Quiere seguir gobernando.
Es evidente que por el momento Claudia –virtual presidenta- carece de margen de maniobra. Pero tiene todo para sacudirse cualquier poder que le impida gobernar con independencia.
La definición total de su gabinete permitirá realizar una evaluación completa del rumbo del próximo sexenio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario