Rebeca Marín
La Sociedad Bíblica de México, A. C., instituyó desde hace varias décadas en nuestro país el mes de agosto como El Mes de la Biblia, y su último domingo como El Día de la Biblia. Los evangélicos aprovechamos estas fechas para promover la lectura y difusión de la Palabra de Dios, y hacemos un esfuerzo para apoyar espiritual y económicamente a esa Sociedad. Algunos datos acerca de ellos son los siguientes:
La Sociedad Bíblica de México, es parte de la fraternidad mundial de Sociedades Bíblicas Unidas, dedicadas a la traducción, producción y distribución de la Palabra de Dios, con presencia en más de 200 países.
Se esfuerzan día a día para cumplir con la misión de ser un instrumento de ayuda para todo aquel que quiera llevar el Evangelio y que juntos logren entregar la Palabra de Dios a todos los habitantes de nuestro país; y de la misma forma, apoyar a otras Sociedades Bíblicas hermanas, cuando les sea posible.
Procuran presentarle al pueblo mexicano la nueva vida que podemos gozar con el Señor Jesús al acercarles las Escrituras a través de una distribución eficaz, en la lengua que puedan leer y entender, a precios accesibles y en los formatos a los que ellos puedan acceder para que puedan interactuar con la Palabra.
El 27 de abril de 1827, llegó al Puerto de Veracruz Diego Thomson, agente enviado por la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, con 10 mil ejemplares de las Escrituras, que transportó a la capital en 24 mulas. En su recorrido por el país, Thomson estableció contacto con altas personalidades.
En 1878, se estableció formalmente la oficina de la Agencia Bíblica de México, y el 21 de marzo de 1966 fue recibida y organizada como Sociedad Bíblica fraterna de las Sociedades Bíblicas Unidas. Tienen 48 años distribuyendo la Palabra de Dios.
La Sociedad Bíblica de México pertenece a todas las personas que buscan difundir las Escrituras y apoyar su distribución de distintas formas, ya sea por medio de voluntariado, donativos, ofrendas, oraciones y compra de materiales, pero con el fin común de lograr que muchas personas en sus propias comunidades, pueblos y regiones, sean bendecidos con la Palabra de Dios.
Traducción de la Biblia al Purépecha, Tojolabal, Chol de Tumbalá, Mazateco, Náhual y Maya.
Traducción de un libro de la Biblia completo a la lengua de señas mexicana para sordos.
Alfabetización con la Biblia a grupos indígenas.
Una presentación con material bíblico para personas migrantes.
Entrega de porciones bíblicas en Braille y en audio para invidentes.
Material bíblico para los niños en situación de calle.
Una publicación bimestral para evangelizar en el transporte público.
La edición y distribución de la Biblia en diferentes presentaciones.
El amor y veneración hacia el libro que los cristianos reconocemos como portavoz de las palabras de Dios, se deja ver en aquellos versos que almas sensibles han compuesto maravilladas por ella. Va en el tono del dicho de Pablo Neruda: El verso cae al alma como al pasto el rocío. Los versos de Luis D. Salem sobre la Biblia nos dejan esa sensación de rocío en nuestra alma:
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